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La actividad comercial en el centro lalinense

Los bajos comerciales de las rúas del 'Kilómetro Cero' de Lalín registran una ocupación del 84%

En Principal, Loriga, Praza da Igrexa y Colón hay 102 locales -En 86 funcionan negocios y 16 permanecen vacíos

En el Kilómetro Cero confluyen Principal con Loriga y Praza da Igrexa con Colón. // Bernabé/Javier Lalín

El crecimiento experimentado por el núcleo de Lalín en los últimos años ha diversificado la oferta comercial dentro de su trama urbana, modificando así un modelo de décadas atrás en la que la mayor parte de los negocios se concentraban en torno al luego denominado Kilómetro Cero. En este punto confluyen cuatro de las calles más antiguas de la localidad y desde ahí el ensanche de Lalín fue creciendo con vías paralelas como González Taboada, B y C, así como Rosalía de Castro, Pardo Bazán u Observatorio; en el entorno del Campo da Feira Vello. Matemático Rodríguez fue la conexión entre el primitivo núcleo del Barrio de Abaixo.

Con el paso del tiempo calles como D ganaron terreno al centro en la puesta en marcha de nuevos negocios, mientras que en los locales comerciales del entorno del Kilómetro Cero se mantenían tiendas en muchos casos familiares de varias generaciones. Pese al crecimiento del núcleo urbano, el centro de la villa continúa siendo el Kilómetro Cero, una zona en la que confluyen cuatro calles y en las que existe un centenar de bajos comerciales. Exactamente son 102 los locales que aglutinan Principal, Joaquín Loriga, Praza da Igrexa y Colón, que presentan un nivel de ocupación del 84%. Así, del centenar de bajos habilitados, en 86 de ellos funciona algún tipo de negocio y los restantes 16 permanecen vacíos.

Principal es, de estas cuatro calles céntricas, la que suma más locales construidos en los bajos de edificios y viviendas unifamiliares. Son 40 en total, de los que 31 albergan algún negocio y otros 9 están cerrados. El índice de actividad, por tanto, es del 77%. En dos de los inmuebles desocupados había hasta hace unos años dos entidades financieras que, o bien por procesos de integración bancaria u otras particularidades, cesaron en su actividad. Los otros desocupados corresponden en la mayor parte de los casos a locales de viviendas antiguas cuyos edificios presentan un deficiente estado de conservación. Los veteranos recuerdan en uno de estos bajos el extinto bar Ovella. En medio de esta vía y Loriga se encuentra una de las casas de mayor atractivo arquitectónico de la villa, que hace unos meses estaba a la venta y cuyo bajo dejará en breve de ser ocupado por un banco. En el margen izquierdo de Principal en sentido ascendente al Kilómetro Cero hay 21 bajos y cuatro de ellos están vacíos. En los últimos tiempos al menos tres entre los 40 totales retomaron su actividad y en uno cerró un negocio meses atrás.

En Joaquín Loriga son en total 35 bajos comerciales y su índice de ocupación es un poco más elevado que en Principal, pues alcanza casi el 83%. Seis inmuebles están todavía vacíos. Tanto en esta rúa como en las otras tres que conforman el eje del centro urbano hay oferta de alquileres, aunque también algunos de los locales están en manos de particulares que en principio no tienen intención de obtener una renta por ellos. En Loriga podemos destacar que en los últimos meses abrió sus puertas una taberna que durante muchos años estuvo en el paso peatonal anexo a Praza da Torre y el clásico Café Camilo está actualmente en obras, pero para preservar su actividad.

El espacio público conocido como Praza da Igrexa tiene en su margen izquierdo en sentido ascendente hacia González Taboada en torno a una decena de negocios u oficinas comerciales, todos, con actividad. En el otro margen funciona un conocido bodegón que, además ocupó hace un par de meses otro local que dejó una joyería, que a su vez se trasladó a otro inmueble de Principal. En total en Praza da Igrexa hay 14 bajos, sin contar el inmueble del Casino. Finalmente, Colón es la única calle totalmente peatonal del núcleo urbano lalinense y en ella existen 13 bajos comerciales. Solamente uno carece de actividad debido a que meses atrás cerró un bar en esta ya popularmente conocida como la rúa Do Porco, por la colocación de multifotografiada escultura en homenaje a este animal totémico del artista Manolo Rial.

La recuperación total de la actividad comercial en estas rúas está supeditada también a la recuperación económica y como singularidad cabe destacar que algunos de los locales ahora vacíos eran antiguas sedes de entidades financieras. En los últimos años fueron cinco los que quedaron disponibles con los cierres de la antigua sucursal de Caixa Pontevedra, Banco Gallego, Caja Madrid, Bancaja y Banesto, además del previsible cese de actividad próximamente de la del Banco Pastor.

En el conjunto del municipio, desde el comienzo del actual mandato el gobierno maneja un balance de tramitación de expedientes para negocios que rebasa el centenar. Aquí se incluyen licencias de apertura, acondicionamiento, obras menores o cambios de titularidad.

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