La Asociación Rapa das Bestas de Sabucedo procurará una figura de protección para los caballos que conforman las manadas de O Santo. El colectivo que encabeza Henrique Bazal no tiene todavía definida qué fórmula podría encajar con este objetivo, una cuestión que buscarán aclarar con diferentes administraciones. En todo caso, el fin último de esta propuesta es que estos animales salvajes, históricos pobladores de los montes en los que viven en régimen de libertad, tengan una protección específica avalada por el interés cultural que representan como protagonistas de una tradición secular, autóctona y declarada de interés turístico internacional.
La asociación fundamenta esta pretensión en que el tiempo que estos caballos llevan viviendo en estos montes. Bazal incidió ayer en se cree que llevan habitándolos más de 2.000 años, apareciendo reflejados en petroglifos que se encontraron en la zona y con una presencia documentada "desde tiempos inmemorables". Defienden que en estos montes crecieron ya los que se consideran "antecesores de los caballos", especie propia de la fachada Atlántica.
Las estimaciones de Rapa das Bestas apuntan a que la cabaña de San Lourenzo esté conformada hoy día por unos 400 caballos que habitan en libertad alrededor de 4.000 hectáreas de terreno. El colectivo está pendiente de que se conforme la nueva Xunta para plantear este proyecto de protección de sus animales, sumado al cierre perimetral que persigue la entidad para evitar que los animales invadan fincas particulares o bajen a las carreteras, con el consiguiente riesgo de accidente.
La protección singular de estos animales como un distintivo similar al de bien de interés cultural, por ejemplo, permitiría reforzarlos ante ataques como los que estos équidos han sufrido en reiteradas ocasiones, siendo aniquilados -con arma blanca o de fuego- sin que los autores de estas matanzas hayan podido ser identificados ni su acción penada. El último episodio se remonta a hace dos semanas en el lugar de Cimadevila, en el vecino municipio de Campo Lameiro.
Rapa das Bestas tuvo ocasión de exponer esta iniciativa el viernes por la noche a la eurodiputada Lidia Senra, durante un encuentro entre representantes de la asociación y de Movemento Veciñal Estradense (Móvete). Según explicó Bazal, Senra aludió a un caso parecido en Eslovenia, donde una raza de caballos contaría con este tipo de protección.
La asociación de Sabucedo tenía solicitado ya un encuentro con representantes de la Xunta, si bien ahora aguardará a que se conforme el nuevo gobierno para poder plantear un proyecto que ya compartió con el edil de Medio Rural e Cultura, el también primer teniente de alcalde Juan Constenla.
El cierre que plantea Rapa das Bestas abarcaría 3.000 hectáreas de terreno, distribuidas entre los concellos de A Estrada, Cerdedo, Cuntis y Campo Lameiro. Para la ejecución sería preciso pedir los correspondientes permisos a las comunidades de montes afectadas, además de contar con la orientación de la administración para ver cómo plantear esta obra en el caso de fincas particulares. El cierre perimetral se ejecutaría a través de una malla ganadera, una sistema que, además de delimitar el hábitat de estos caballos, permitiría evitar los conflictos que se derivan de su irrupción en fincas privadas o el peligro que supone que los animales lleguen a la carretera.
"Sería bueno para todos, no solo para nosotros", incidió Henrique Bazal. Además, el cierre de todo este espacio sería compatible con la puesta en marcha de proyectos silvopastoriles que permitan un mayor y variado aprovechamiento de esta amplia superficie forestal. A todo ello añade Rapa das Bestas que un monte bien trabajado" reduce sensiblemente el riesgo de que se origine un incendio.
Estimaciones económicas
Rapa das Bestas no tiene un presupuesto exacto del coste que podría tener delimitar estas 3.000 hectáreas de terreno aunque sí maneja "una valoración muy por encima" que situaría el cierre en alrededor de un millón de euros. No obstante, se indica que otros realizados para superficies de entre 10 y 20 hectáreas tuvieron ya un coste de unos 400.0000 euros, de manera que, proporcionalmente a la cantidad de terreno que se cerraría, no estimaron muy desfasado el coste de vallar 3.000 hectáreas.
En todo caso, los de Sabucedo están pendientes de poder plantear todas estas inquietudes a la Xunta para que desde la administración gallega se le puedan resolver dudas, ofrecer orientación y buscar encaje al respaldo que necesitan para sacar adelante estos proyectos.
