Definitivamente, en A Estrada Todos los Santos y Difuntos no son un buen momento para hacer dieta. Quien lo intente debe huir como alma que lleva el diablo o bruja montada en una escoba de las confiterías locales que les invitan a caer en la tentación con su amplia gama de postres típicos de estas fechas.
Sirven para conjurar el hambre y también para endulzar una sobremesa en buena compañía. Los huesos de santo son uno de los principales reclamos de las pastelerías en estos días.
Así, por ejemplo, los obradores de la Confitería La Milagrosa y de la Pastelería Mimela rivalizan para satisfacer el lado más sibarita de sus clientes con exquisiteces que pueden ayudar a enriquecer su curva de la felicidad. Ambos establecimientos ofrecen huesitos de santo, suculentos bocados elaborados con almendra y azúcar que se rellenan de los sabores más diversos: el siempre demandado chocolate, almendra, yema, nuez, moca, crema de limón, de naranja... Con ellos compiten los panallets -de distintos sabores- o los piñonates y los buñuelos que invitan a caer en la tentación y endulzan con su sabor la sensación de estar cometiendo un pecado.
