Hay personas a las que, por su ejemplo, conviene recordar. Este es el caso de Manuel Reimóndez Portela. De su valía personal y profesional hablan el apelativo que se ganó a pulso: "el médico de los pobres". Pero la talla de este intelectual y alcalde estradense fue ingente. Y los escolares de O Foxo se aproximaron a su figura de la mano de sus profesores y de un testigo de excepción de la obra de Reimóndez: su hijo Luis, que ayer esbozó ante los escolares el perfil de su padre.

Tras ser recibido por los niños con poemas y escritos "muy emotivos", les explicó con fotografías y explicaciones sencillas quién fue su padre. En el año en el que se cumplen 100 años de su nacimiento, el también presidente del Centro de Iniciativas e Turismo (CIT), Luis Reimóndez, buceó en el álbum familiar para mostrarle a los niños de O Foxo estampas curiosas como a Reimóndez Portela con su primera moto o con su tesoro más preciado: sus tres hijos.

Luego, aludió a las facetas en las que destacó. Como humanista, escribió numerosos libros a los que Luis se refirió someramente. Y a la política, señaló, llegó por la "vocación de servicio" que le caracterizó "sobre todas las cosas". Para ejercerla contaba con algo muy valioso: era un hombre de concordia. Ello motivó que en 1979 llegase a presidir la comisión que redactó el llamado Estatuto de lo Dieciséis, texto que sirvió de base para el actual Estatuto de Autonomía de Galicia. Era una "persona "de consenso", con "una cierta habilidad para poner de acuerdo" a personas que pensaban de manera diferente.

Y, como alcalde, aunque luego le faltaron los apoyos que le habían prometido para poder hacer lo que quería por su pueblo, dejó de serlo con la "satisfacción del deber cumplido" porque "trabajó honradamente" e hizo todo lo que pudo a pesar de las "zancadillas" que sufrió. El suyo fue un mandato importante desde el punto de vista simbólico. Con él se inauguró la Farola en 1986 y se crearon la bandera y el himno de A Estrada, "pura alabanza" de "las excelencias" locales.