El alcalde de Silleda pide a los dos grupos de la oposición que tengan "como mínimo un respeto personal" hacia los tres compañeros del grupo socialista que han abandonado su cargo durante el presente mandato "por cuestiones personales". Manuel Cuiña sale en defensa de los ediles que han dimitido a la vista de las declaraciones efectuadas por el PP y el BNG tras la renuncia de María José Fernández, concejala de Cultura que anunció su marcha una semana después de haber cuestionado la obra del acceso al mirador de la Fervenza do Toxa en las redes sociales con el comentario: "Me duelen los ojos al ver esta porquería...". Esta marcha se suma a las de Luis Rodríguez, en julio de 2015, y la de su sustituta, Aída Castro, un año después, en ambos casos por motivos de trabajo en Canarias y Francia, respectivamente.

"Es una auténtica vergüenza que utilicen la situación para faltar al respeto y ofender de esa manera a tres personas que estuvieron trabajando de forma desinteresada y en algún caso haciendo más, en el tiempo que estuvieron, que todo un grupo municipal en lo que va de mandato", protesta Cuiña. En este sentido, recuerda que el PP solo ha presentado una moción, sobre la polémica actuación en el entorno de la catarata de Pazos y, a su entender, lo hizo "a rebufo de lo publicado en medios de comunicación y redes sociales, lo que demuestra su nivel de compromiso con este municipio y con sus vecinos", expone el regidor.

En relación con "la mano de hierro" que, según la oposición, utiliza para resolver los conflictos en el seno de su gobierno, Manuel Cuiña dice "estar ya casi acostumbrado a ser el malo de la película". Pero sostiene que los tres ediles que se han ido, igual que el resto de integrantes de su gobierno, trabajaron "con total libertad" para sacar adelante iniciativas. Lamenta que los grupos de la oposición actúen "con hipocresía y haciendo política rastrera". "Parece que ni el PP ni el BNG se enteraron aún de los motivos de la marcha de estas tres personas", añade el alcalde. Recuerda que formar parte de una corporación municipal, y más aún de un grupo de gobierno, "implica un compromiso que en muchos casos, sobre todo en los de los compañeros sin dedicación, no se puede cumplir al cien por cien por cuestiones laborales u otras ocupaciones". A Cuiña le sorprende que haya quien no lo entienda "pese a tener, como en el caso del PP, algún concejal que lleva meses sin venir a los plenos".

"Si alguien no puede asumir sus responsabilidades, lo más lógico es que renuncie y deje sitio a otros compañeros", colige el regidor, que se pregunta "donde está el concejal del PP que lleva meses desaparecido". "A lo mejor es que no tienen a nadie en la lista que aguante al portavoz del grupo", señala, y vuelve a inquerir sobre la labor desarrollada por los populares durante este mandato: "Salvo el portavoz y su asesor, que entre los dos fueron capaces de hacer la moción sobre la obra de Pazos, no se les ve ni que trabajen ni que tengan siquiera ganas de trabajar", concluye.