Unións Agrarias ha conseguido recolocar la leche que producen las cerca de 30 explotaciones dezanas que llevan todo el año sin cobrar por el producto que entregar a un primer comprador. Por el momento, el sindicato está a la espera de que los juzgados fijen la fecha del juicio rápido en el que este primer comprador deberá aclarar si mantiene estas deudas o si ya ha abonado el dinero pendiente. A nivel gallego están afectadas unas 200 explotaciones.

Por otra parte ayer se reunión en Madrid la mesa de seguimiento del acuerdo lechero para la sostenibilidad, que se firmó el año pasado entre el sector y como consecuencia de las numerosas huelgas de los ganaderos contra las prácticas de la industria y la distribución. Presidió el encuentro el secretario general de Agricultura y Alimentación del Ministerio de Agricultura, Carlos Cabanas, quien señaló que en este primer año se consiguió erradicar las prácticas de banalización de la leche por parte de la distribución, que antaño solía utilizar este alimento como producto reclamo en las grandes áreas comerciales, vendiéndolo a pérdidas. Cabanas añade que ahora mismo el 66% de la leche que se comercializa en España ya luce información sobre su origen en el etiquetado, con lo que así el consumidor podrá decidir si adquiere una marca española o foránea -que suele venderse a un precio inferior-.

Desde la Unión de Pequeños Agricultores su secretario de Ganadería, el lalinense Román Santalla, señaló que, si bien hay una tendencia alcista en los precios a consecuencia del recorte en la producción y la subida del consumo internacionales, este ascenso aún no se ha trasladado al productos. Basta con ver el precio medio de agosto: 29 céntimos (es la primera vez que sube la leche cruda en lo que va de año), todavía por debajo de los costes de producción. Demanda más avances en la información sobre la procedencia de la leche, y anima a la UE a colocar sus excedentes de leche de forma moderada, para evitar que no vuelvan a desplomarse los precios.

Santalla señala que, a corto plazo, el panorama es medianamente bueno: en mercados como Estados Unidos hay un gran consumo de grasas lácteas (mantequilla, por ejemplo), por sus beneficios sobre el organismo. El mercado chino, por otra parte, no va a suponer un gran competidor para Europa porque su leche no tiene la misma seguridad que la europea y porque al país asiático le sale más rentable importar producto que tener que adquirir toda la infraestructura para abastecer su mercado. A modo de curiosidad, uno de los productos lácteos que más demanda China de Europa es la leche infantil, un factor que hay que explotar.