Con 50 familias, el poblado minero de Fontao es el segundo núcleo de población más grande de Vila de Cruces, como explica el presidente del colectivo Minas da Brea, Santiago Ferreiro, y uno de los enclaves más visitados del municipio, debido a la historia que atesora por su producción de wolframio hasta principios de los años 60 del siglo pasado.
Y es, precisamente, su pasado el que de algún modo frena el desarrollo de este enclave en comparación con otros puntos del municipio. Resulta que la familia Cort es propietaria de buena parte de los terrenos de Fontao, debido a que cuando se adquirieron las minas se compró también el suelo para que, en caso de desprendimientos, éstos no afectasen a propietarios ajenos a la concesionaria de las labores mineras. A finales de julio del año pasado, y debido a que las labores mineras llevaban casi medio siglo abandonadas, la Xunta decidió caducar los derechos de las 18 concesiones de que disponía Oberón SL, la empresa vinculada a la familia Cort. Desde entonces, el gobierno de Jesús Otero ha intentado en reiteradas ocasiones ponerse en contacto con los hermanos Luis y César. El primero es el propietario de las minas y de él depende la cesión de maquinaria para el Museo da Minaría, que prácticamente desde su puesta en marcha se encuentra vacío de contenido. Con Luis Cort está pendiente una reunión, en este sentido, desde noviembre de 2014, es decir, desde hace casi un par de años. Así es que tampoco se abordan otras cuestiones que podrían complementar al Museo, como la restauración de alguna mina de cara a realizar visitas guiadas.
Promesa electoral
Por otra parte, César Cort es el dueño de las parcelas que se encuentran encima de las concesiones mineras. Otero también intentó contactar con él -enviando incluso recado por su hermana-, para que le cediese una parcela que se reconvertiría en una huerta ecológica comunitaria para los vecinos del poblado. "Pero Cort no contesta. No están por la labor", esgrime el alcalde, que se ve así forzado a negociar la cesión de terreno con propietarios de otras fincas.
La creación de una huerta ecológica en Fontao era una de las promesas que incluía el PP en su campaña electoral de las últimas elecciones locales, intentando así responder a una demanda vecinal de hace varios años. Es más, incluso desde la asociación se mantuvo contacto telefónico con César Cort, pero al final no se llegó a un acuerdo para que cediese una finca, justo enfrente del poblado, en la que además hay un pozo de agua y corriente eléctrica. La idea de los vecinos es disponer de una huerta comunitaria al estilo de la que funciona en Lalín frente al centro comercial Pontiñas, y que gestionan ocho familias. Ahora, vista la negativa de los Cort, los residentes en el poblado buscan una parcela que esté en el margen derecho de la carretera, para que así también puedan desplazarse los niños con toda seguridad para colaborar en los trabajos.
