Hasta este año la iglesia de Santiago de Taboada, en Silleda, era la única de la comarca dezana que sellaba las compostelas, pero ahora los peregrinos también pueden cumplir este requisito en la iglesia de O Castro, en Dozón, aunque esto es relativo, sobre todo, ahora durante el invierno, ya que no están abiertas siempre, tal y como afirman peregrinos que realizaron el camino en los últimos días.

"Estamos más o menos en la misma línea aunque con algo de bajón y hace mucha falta la promoción de esta ruta. Este trayecto lo elige sobre todo la gente que quiere hacer el camino en solitario", señala Julio Lameiro, guía de la iglesia de Santiago de Taboada.

Los peregrinos señalan que durante el trayecto aprecian poder entrar en estas edificaciones, pero son conscientes que debido a la falta de párrocos, que cada vez se deben ocupar de un mayor número de feligresías, es imposible que estén todas abiertas. Asimismo, consideran que cada vez hay más robos, por lo que es imposible mantenerlas abiertas sin ninguna custodia.