La historia lucha contra el olvido. Y aunque en ocasiones los relatos estén empañados de cierto halo de leyenda, nadie puede ignorar la certeza de algunos datos. Estiman que los simbólicos cabezudos de Forcarei tuvieron su origen en la década de 1860. Fue iniciativa de un vecino del ayuntamiento que, tras ver cumplida la petición que había realizado a la Virxe de As Dores, quiso cumplir con su promesa. El compromiso del comúnmente conocido como O Coxo dos Chamosas eran francamente peculiar. Había decidido construir unas gigantes marionetas que habrían de marcar el curso de las fiestas patronales de Forcarei hasta el día de hoy. Según recogen, los primeros cabezudos eran seis figuras de madera entre las que se contaban parejas de hombres y mujeres. Había un rey y una reina, así como dos ancianos. De los cabezudos restantes se desconoce si ejercían una función concreta, aunque sí se sabe que eran de menor tamaño. El tiempo fue mermando aquellas primeras figuras pero no consiguió sofocar el clamor de un pueblo entregado a su tradición.
