Vive en la isla de Tenerife y tiene su taller en La Laguna. Sin embargo, María Cuesta Maceira no pierde de vista la tierra de su familia, A Bandeira, a donde viene siempre que puede. Lo suyo es un caso evidente de adaptación a los nuevos tiempos. Tras numerosos éxitos profesionales como ingeniera civil, la crisis hizo que reconsiderara su vida y apostara por dedicarse al diseño y fabricación de sus propias piezas con la marca MCM Jewels.
-¿Cuándo decide cambiar la ingeniería por los abalorios?
-Con la crisis la gente estaba bastante asfixiada, bastantes empresas perdían y a mí me afectó física y psicológicamente, y decidí dar un cambio antes de que explotase un poco todo. Yo quise salirme de ese mundo, que lo sufría más que lo disfrutaba. Entonces, bueno, llevaba muchos años buscando a qué dedicarme y en el último trabajo pasaba siempre por delante de una empresa con mucha joyería, y cada vez que pasaba me preguntaba quién haría eso por curiosidad. Empecé a estudiar en una escuela que había en Tenerife y en Madrid hice dos cursos en el colegio de joyeros, y por último me fui a Italia a completar mi formación. Toda la liquidación de la empresa la invertí para formarme lo mejor posible en este sector.
-¿Se arrepintió en algún momento de ese cambio en su vida?
-Es difícil empezar de nuevo viniendo de un mundo de tanto dinero. Gracias a que el diseño de joyas me gusta muchísimo y a que cada vez está mucho mejor, continúo en ello porque se ven más resultados que al principio, claro. Económicamente sí que echo de menos mi anterior trabajo porque aquí todo lo que gano lo invierto.
-¿Controla personalmente todo el proceso de creación?
-Yo diseño y hago mis joyas. También soy artesana joyera en Tenerife, doy clases, y luego tengo mi propia marca de joyas MCM Jewels que es en la que diseño las piezas, hago el primer muestrario y luego lo mando a fábrica para que las confeccionen definitivamente.
-¿Dónde las distribuye para su venta una vez confeccionadas ?
-Normalmente voy a ferias al extranjero, en concreto a una muy importante que tiene lugar en Alemania, a la que fui este año por segunda vez. También empezamos a tener un punto de venta en Ibiza porque estamos haciendo una colaboración con un diseñador italiano de ropa, y vendemos ya en su tienda ibicenca monomarca. La verdad es que está teniendo muy buenos resultados. La idea es empezar a meternos en el mercado italiano porque este tipo de joyas gustan mucho en ese país.
-¿Esperaba llegar a esto tan pronto en el sector joyero?
-Nunca te imaginas hasta dónde puedes llegar cuando empiezas en algo así. Y tampoco me imaginaba que podría tener tan rápido tantas oportunidades porque este año ha sido muy positivo, con colaboraciones con diseñadores en Costura España, repetimos en un desfile que tiene lugar en Tenerife, y eso hace que la marca se vaya conociendo cada vez más, afortunadamente.
-¿Tiene pensado abrir tienda en Galicia o vender sus piezas aquí en algún local franquiciado?
-Sí. De hecho, ahora estoy preparando toda la línea comercial para empezar a mover las piezas. La idea es empezar a viajar y a vender en Galicia, en el norte y grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Empezaremos por ahí.
-¿Cómo definiría su estilo?
-Mi estilo es contemporáneo y diferente. Mis joyas son de diseños grandes y pesados, y me gusta que se salgan un poco de lo normal. Intento alejarme de las modas porque quiero un cliente que se fidelice, que le guste el estilo y que vayamos creciendo juntos. Que no sea algo que lleve todo el mundo.
-¿La joyería vuelve a se unisex?
-Mis piezas son para ambos sexos. Diseño bastante para hombre porque es un campo que está muy abierto y todavía no está muy desarrollado. Está empezando a volver el uso de sellos, pulseras o cadenas. En Ibiza vendo mucho a hombres porque el hombre de hoy se anima mucho más a llevar joyas que antes. También se ha dejado atrás el oro para que los hombres lleven ahora mucha más plata, que permite diseños más modernos con dibujos muy contemporáneos.
