Durante casi dos horas, Vinseiro se dejó llevar bajo un sol abrasador por los pasos incansables de una clase de zumba impartida por las monitoras Priscilla Amorim y Paula Varela. La comisión de fiestas, de este año organizadora del evento, calificó ayer de "fenomenal" la jornada que celebró la parroquia estradense el lunes, en el marco de sus fiestas patronales. Pero el objetivo que perseguían no era el de la diversión, sino el de la solidaridad. Buscaban animar a los participantes a colaborar con alimentos no perecederos. El balance final, según informó ayer una de las integrantes de la comisión, Loudes Villamarín, es de alrededor de 200 kilos de productos que serán donados al banco de alimentos del Concello de A Estrada con el objetivo de colaborar "con la gente más necesitada".
En la jornada participaron adultos, niños y gente mayor. Y a pesar de que Villamarín aseguró que Vinseiro es "una parroquia pequeña" están "muy contentos" con el resultado". Además, en el campo de fiesta se instalaron hinchables de la firma Tiko Doco y hubo monitores de tiempo libre que entretuvieron a los más pequeños de la casa.
La fiesta continuó tras la clase de zumba, que se alargó hasta las 22.00 horas. La comisión estima que acudieron 70 personas entre los participantes y el público asistente. Pero, independientemente del número, Vinseiro demostró que el baile, frente a su fuerte carga de diversión, también tiene un fuerte cariz solidario.
