Desde la oposición política de Silleda, el BNG ya alertó de la mala gestión del vertedero en el pleno de enero. Este partido se hizo eco también de las quejas de los vecinos en el Parlamento, ya que considera que lo que está ocurriendo en Campomarzo es una cuestión de salud pública, más que nada porque la antigua cantera que sirve de vertedero de inertes linda con la Rede Natura y la Fervenza do Toxa, uno de los principales reclamos turísticos del municipio trasdezano.
El portavoz del BNG de Silleda, Matías Rodríguez da Torre, volvió a interesarse por las indagaciones del concello sobre el funcionamiento del vertedero en los plenos de marzo y mayo. Sin embargo, desde el Concello lo único que trascendió fueron trámites para que la empresa depositase un aval con el que saldar la deuda de 530.000 euros por el impago de las tasas de, precisamente, la actividad del vertedero. Es más, la falta de un secretario titular en el Concello paralizó la continuidad del proceso. El vertedero de Campomarzo tiene una vida útil hasta el año 2030. Funciona desde 2002, pero en 2011 sufrió un incendio y estuvo clausurado durante un año.
