Con las altas temperaturas, y debido a la distancia a la costa, son muchos los dezanos que toman como alternativa las playas fluviales y las áreas recreativas, y Deza presume de variedad. En el municipio lalinense se encuentran la playa fluvial de Pozo do Boi (Vilatuxe) y el área recreativa de Mouriscade (Vilanova). En Agolada cuentan con los espacios recreativos de Ponte Vilariño, Carmoega, la playa fluvial de A Cornella, que comparte titularidad con el concello vecino de Santiso (A Coruña), e, incluso, con el área fluvial de Brocos. Si se elige Vila de Cruces, entre su oferta está la playa de A Carixa (Merza) o las áreas recreativas de Gres, Remesquide y Toiriz. Silleda solo dispone de la playa fluvial de Cira, al igual que Dozón de la de Sanguiñedo.

A consecuencia de la distancia del interior a la costa, las áreas recreativas fluviales son los principales lugares de ocio que los dezanos, e incluso la gente que veranea en la zona, aprovecha para pasar sus jornadas estivales. Estos entornos son ideales para el baño, para realizar comidas entre familiares y amigos, para tomarse algo o para que los más pequeños jueguen en parques, siempre en parajes emblemáticos.

Llegados a esta época de año los operarios municipales tienen que ponerse manos a la obra para dejar estos lugares en las mejores condiciones, ya que la falta de utilización en el invierno hacen que el mantenimiento sea nulo, o incluso, los temporales provocan algún que otro daño. Además, no solo las condiciones meteorológicas adversas son los únicos enemigos, sino que los actos vandálicos también están presentes.

"En el área de Ponte Vilariño trabajamos para que todos los servicios funcionen correctamente, y dotamos de agua los baños, porque estos siempre son destrozados por los vándalos", apunta Ramiro Varela, alcalde de Agolada. En este ayuntamiento están llevando a cabo una siega cada quince días para evitar la proliferación de maleza, que en esta época crece continuamente. Por otro lado, en Carmoega y en Brocos tienen previsto la colocación de columpios para el disfrute de los más pequeños. En el caso de la playa fluvial de A Cornella, que cuenta con gran afluencia de gente, de todos sus servicios se encarga el Concello de Santiso, y aquí hay zonas de mesas y bancos con barbacoas y un bar, además de disponer de servicio de socorrista.

A estas alturas del mes de julio, todas estos entornos se encuentran en buenas condiciones. En el caso de Lalín se invirtió tiempo y dinero ya en el verano pasado en la recuperación del área recreativa de Mouriscade, con 21.030 metros cuadrados, que estaba en situación de abandono y que fue cedida al Concello para usos recreativos. Se llevó a cabo la limpieza integral del espacio, la recuperación del tejado del merendero, la reposición de bancos de piedra, se colocaron paneles informativos y se acondicionaron los caminos peatonales y las zonas de estacionamiento.

Mayor cantidad

Vila de Cruces es el municipio que presume de mayor cantidad de estas zonas de recreo y en los últimos años hubo gran implicación en su acondicionamiento y, de hecho, A Carixa recibe cada verano gran número de visitantes de toda la comunidad gallega, gente que se decide a repetir, por la belleza del lugar y por la concentración de diversos servicios para el disfrute de grandes y pequeños. Las islas de Gres y de Remesquide cuentan también con merenderos, zonas de baño, parques y se están llevando a cabo obras de desbroce para que se mantengan limpias. Además, el año pasado se acondicionó la pasarela de la isla de Resmesquide que conecta los concellos de Vila de Cruces -parroquia de Obra- y de Touro, y se construyó un mirador. Los operarios también trabajan en el área de Toiriz, que tiene servicio de mesas.

El área recreativa de Cira, en el río Deza, es la única que se enmarca en el municipio silledense y es una de las más recientemente creadas en la comarca, por lo que en los últimos tiempos se llevaron a cabo diversas actuaciones, como la colocación de mesas y bancos, la instalación de un cierre con una barandilla y se dotó a la zona de un parque biosaludable. En la actualidad, solamente se están llevando a cabo acciones de conservación.

Por su parte, Dozón presume de la playa fluvial de Sanguiñedo, que recibe este nombre del arroyo que proporciona aguas a su zona de baño y de la parroquia en que se halla. Es una de las zonas más elegida por los veraneantes, ya que son muchos los que prefieren esta playa en vez de las piscinas municipales. Cuenta con espacios de mesas y barbacoas de piedra, zonas de baños con áreas ajardinadas y con arena y un bar de titularidad privada siendo una zona amplia y acogedora.