Fernando Conde, Benito Vigo, Serafín Pazo, Waldo Álvarez Insua, Antón Losada Diéguez, Manuel García Barros, Castelao... Son nombres de filántropos, alcaldes, médicos, periodistas, escritores que forman parte del callejero de A Estrada. Y también son todos nombres de varón. Dar un paseo por la villa buscando una placa que bautice una calle, una plaza o un espacio público con nombre de mujer no es tarea fácil. A menudo se dice que uno no suele ser profeta en su tierra. Aunque, por fortuna, algunos de los antropónimos elegidos para varias rúas estradenses contradicen esta teoría, de nuevo se demuestra que ser profeta resulta todavía más complejo cuando son ellas quienes predican.
Solo dos mujeres prestan su nombre a calles de A Estrada. Ninguna de ellas se sitúa en la zona más céntrica de la villa. Una se le concede a la autora de Cantares Gallegos, la célebre Rosalía de Castro. La otra es la calle Virxinia Pereira, la mujer de Castelao y también la única estradense que tiene el honor de bautizar una calle de su A Estrada natal. Este reconocimiento lo comparte, en cambio, la poetisa de Vilancosta (Berres) Avelina Valladares. Su nombre no figura en ninguna placa, aunque ha de entenderse implícito, junto al de Marcial Valladares, en la que designa a una calle estradense como Irmáns Valladares Núñez.
En el callejero estradense quedan todavía muchas calles sin nombre, bautizadas con un simple y poco emotivo número. No cabe duda de que cada quien encontrará sus pretendientes para darles un nombre propio, el de alguien que reúna méritos suficientes para bautizar un pedacito de A Estrada. Nadie duda de que entre ellos sobran los ejemplos femeninos. Sin embargo, pocos han logrado hasta ahora superar el trámite.
Mujer cultivada, Avelina Valladares dominó la literatura de ficción y la ensayística, aunque quizás se conozca más su creación poética. Sus artículos se apartan de las que se suponía que eran preocupaciones femeninas para la época y se la considera pionera en publicar artículos que hoy se llamarían de opinión, además de adelantarse en el empleo de la lengua gallega. Aunque su nombre bautiza un premio de poesía en el Concello de A Estrada y se la recuerda con una escultura en la avenida da Cultura, en el callejero ha de compartir este honor con su hermano.
En el caso de Virxinia Pereira, bautiza una calle después de las reformas propuestas para el callejero en el año 2006. Aunque esta propuesta logró plasmarse en un rótulo -no así muchas de las reformas propuestas-, todavía mantiene la pugna en algunas ocasiones con su nombre anterior, la Rúa 35.
Pero si ya es difícil encontrar nombres de mujer en el callejero de A Estrada, todavía resulta más complicado hallar antropónimos femeninos que bauticen instituciones públicas como un colegio, una biblioteca o un museo, por ejemplo. El municipio estradense cuenta con nueve centros educativos de carácter público, dejando al margen la escuela infantil municipal. Algunos de ellos adoptan el nombre del lugar en el que se asientan, caso de los colegios de O Foxo, Oca o Figueiroa. Sin embargo, a otros se les asigna -con méritos y razones para ello- el nombre de estradenses como Manuel Cabada Vázquez, Manuel García Barros, Pérez Viondi, Manuel Villar Paramá o Antón Losada Diéguez. Ninguna mujer de A Estrada, ni tampoco de otro municipio gallego, pone su nombre a un centro educativo local, aun quedando alternativas.
El nombre del célebre médico, humanista y alcalde Manuel Reimóndez Portela bautiza por derecho propio el Museo do Pobo Estradense. Sin embargo, entes públicos como la biblioteca llevan nombres genéricos como Casa das Letras, descartando en su día la propuesta de adoptar el de Rosalía de Castro.
Solo si se presta atención a los premios literarios convocados por el Concello de A Estrada y otros entes públicos del municipio es de nuevo el nombre de Avelina Valladares el que rompe la tónica habitual. Junto a la autora a la que se recuerda con el certamen de poesía figuran Manuel García Barros (para el de narrativa), Manuel Reimóndez Portela (periodismo) y Manuel Daniel Varela Buxán (teatro).
Se ha hablado, y mucho, de nombres que deberían conservarse o eliminarse en las calles estradenses. Cada quien expone sus razones. Al margen de este debate, muchas mujeres con méritos más que suficientes para ser recordadas caminan en A Estrada por la calle del olvido.
