El lalinense Daniel Cepeda lleva desde los nueve años estudiando violonchelo y ahora, con 23, está ha punto de terminar su último año en el prestigioso Conservatorio Superior de Música Eduardo Martínez Torner en la especialidad de interpretación, violonchelo. Además de esto, el joven lalinense está a punto de presentar su primer libro poemario escrito de su puño y letra que prevé darlo a conocer en este mes.
-¿Por qué empezaste a tocar?
-Empecé a tocar en el 2002. Vi en la televisión varios conciertos cuando echaban El Conciertazo y me picó la curiosidad. Coincidió con mi mudanza desde Santa Uxía de Ribeira a Lalín, y como aquí había la escuela de la banda pues decidí comenzar y tras probar varios instrumentos me quedé con el violonchelo.
-¿Cuando decidiste dedicarte plenamente a la música?
-Me decanté por la música ya en 3º de la ESO, cuando estudiaba en el IES Aller Ulloa, y a pesar de realizar el bachiller científico, aunque no tenía claro cual hacer, sabía que por vocación me quería dedicar a la música.
-¿Cual ha sido tu recorrido en la música que desembocó en el Conservatorio Superior de Oviedo"
-He formado parte de la Banda de Lalín, con la que a veces todavía colaboro, y también de la Joven Orquesta de Galicia donde pude coincidir con muchos músicos que me aconsejaron al profesor ruso que impartía violonchelo en el conservatorio de Oviedo y tras probar un par de clases con el decidí continar.
-Además de la música, también has escrito tu primer libro, ¿no?.
-Sí, está a punto de salir, muy probablemente este mes. Se titula Al pie del corazón, verso del poeta zamorano fallecido Claudio Rodríguez, y es un poemario basado en una meditación radical sobre la existencia humana. Con un fondo humanístico aparecen cuestiones sobre los sueños, sobre la vida diaria, sobre el paso del tiempo, el amor y también temas sociales.
-¿Tu afición por escribir te acompaña desde pequeño, como la música?
-La verdad es que sí. Empecé a escribir de forma regular con 11 ó 12 años. Pero todo lo que escribía finalmente lo rompía. Mediante la poesía podía decir muchas cosas que no podía expresar en voz alta, me parecía una forma más libre que la prosa. Siempre llevo conmigo una libreta al andar por la calle, por la noche en la mesita de noche, por si en algún momento de inspiración me viene uno o más versos que quiero recordar. Más que un hobby, escribir es una rutina. A mi me gusta leer a Vicente Aleixandre de la Generación del 27, y me ha ayudado durante la carrera, así que pensé si él tuvo una influencia positiva en mí, igual lo que yo escriba le puede servir a alguien, entonces decidí que quería publicar un libro. Y un año después comencé a escribirlo tras un proceso de meditación.
-¿Cual es tu consejo a generaciones venideras?
-Que tomen conciencia de que la música es vocación. Y nosotros al igual que los deportistas necesitas entrenar todos los días. Si dejas de tocar un día lo notas. Es un trabajo muy intenso al que necesitas mucha concentración y mucho esfuerzo pero que tiene muchas más salidas de la que la gente cree. Desde la docencia hasta la participación y la interpretación en orquestas.
