El presidente de la Asociación de Fabricantes e Comerciantes de Mobles da Estrada y de la Asociación Comarcal de Empresarios (ACE), Gonzalo Figueiras, cree que el sector mueblero local "tocó fondo" y ahora "está aguantando" e incluso empieza a remontar, si bien no oculta que con dificultades. Al menos ahora, "no cerró nadie más", hizo notar en alusión a los cierres registrados al inicio de la crisis. Los que lograron sobrevivir están "aguantando", lo que "ya es mucho con la que está cayendo", opinó.

La mayoría de los industriales del sector se han quedado con una plantilla reducida -de entre uno y cuatro trabajadores- y están teniendo la carga de trabajo necesaria para continuar. Se trata de "estar ahí cuando vengan tiempos mejores", insistió. La situación "mejoró bastante pero, para competir, cuanto más pequeño eres más difícil es", apuntó. En su opinión, esa atomización del sector en pequeñas empresas está motivando que no lleguen a ciertos trabajos. No logran igualar los bajos precios existentes, de modo que las grandes obras terminan por "cogerlas las grandes empresas", que luego derivan parte de ese trabajo a firmas más pequeñas.

Pero, en general, a la hora de remontar el sector se está encontrando con otro hándicap: la necesidad de competir con empresas foráneas, procedentes de países como Portugal cuyas cargas sociales son hasta dos o tres veces menores. Eso, sumado a los "bajísimos salarios" de esos países dificulta la recuperación del sector. de la madera.

"El problema no son los salarios", dijo Figueiras -convencido de que los trabajadores necesitan esos ingresos para vivir- sino "las cargas sociales", que "son bestiales". Para un carpintero o ebanista, el empresario debe reservar cada mes 800 euros de Seguridad Social, un salario de al menos 1.000 o 1.100 y otras cantidades adicionales para afrontar distintas obligaciones legales Todo ello y el coste delos materiales y de funcionamiento de la propia empresa engorda las facturas que después hay que pasarle a los clientes.

"Es una cadena", concluyó, muy crítico con la actitud de los políticos nacionales que piden indemnizaciones que, aunque legalmente le pertenecen, se corresponden con una etapa que echaron "sin hacer nada". "Es una ofensa para los trabajadores", remachó. Ocurre con "los de derechas, de centro y de izquierdas. Cuando hablan de cobrar, se olvidan las ideologías", criticó. Ello contribuye, añade, a que "la gente esté tan crispada que ya no arriesga". Se ha "perdido la ilusión en la calle" pero, aun así, el presidente de los mueblistas no pierde la fe en el emuje de las "empresas" y los t"rabajadores".

Aplaude cualquier iniciativa que pueda contribuir a "aportar ideas" para intentar mejorar la producción, analizar los canales de venta y buscar unasalida allí donde se pueda estar fallando. Y así entendió la propuesta planteada el miércoles por el edil de Promoción Económica, Emprego e Industria, Óscar Durán, de la mano de la consultora Arestora, bajo el sugerente título "Reactivando o sector do moble".