Los vecinos de los lugares de Pareizo y Cotarelo, de la parroquia lalinense de Goiás, acaban de descubrir que el Obispado de Lugo ha registrado como suya la capilla que se erige en esta zona. Una tramitación que los lugareños desaprueban puesto que defienden que el templo fue construido y posteriormente gestionado con fondos de los habitantes de esta zona.
Hace 35 años que los vecinos de los lugares de Cotarelo y Pareizo decidieron levantar una capilla entre estos lugares. Un templo que les quedase más próximo y que pudiese atender la demanda de esta zona. En aquel momento, tal y como explica el alcalde de barrio de Goiás, Julio Pérez, tanto los terrenos en los que se erigió la capilla como los fondos para la construcción de la misma fueron aportados por los propios feligreses. En la actualidad en este templo solo se celebran oficiosos religiosos puntuales como novenas o misas ofrecidas por los vecinos así como los parejos a la fiesta organizada por estos dos lugares.
En los últimos tiempos decidieron afrontar también obras de mejora en el inmueble. Una actuación cuyo remate oficial concluyó aún esta semana con la entrega de la documentación. Un trámite preciso para lograr una aportación de la Diputación. Según explican los implicados, fue precisamente al gestionar esta ayuda cuando descubrieron que la capilla figuraba como propiedad del Obispado. "Iniciaron el expediente en 2014 y quedó ya aprobado el año pasado", explica Pérez. Una gestión de la que responsabilizan directamente al párroco actual que llegó a la feligresía hace varios años y que se encarga puntualmente de oficiar las misas también en esta capilla.
Denuncian que el Obispado haya ahora registrado como propio el inmueble cuando entienden que es propiedad de los vecinos de estos dos lugares. Reprochan que en estos años no hayan recibido "ningún tipo de aportación" del Obispado. Inciden que precisamente esta últimas obras de mejora que ascendieron a algo más de 8.000 euros -con una aportación de la Diputación de 3.700 euros- supusieron un desembolso de 100 euros por casa. Afean que ni la Diócesis ni el propio párroco, quisieron colaborar con una aportación como la del resto de vecinos, pese a que, según entienden, obtienen un beneficio directo de esta capilla. Esta actuación incluyó obras en la cubierta, pintar todo el inmueble y todavía está pendiente la colocación de nuevos bancos.
De ahí que aún insistían, en mayor medida, en reclamar este inmueble como propiedad de los vecinos. Por eso ahora estudian como intentar revocar la tramitación iniciada por el Obispado. En días pasados, tanto el alcalde de barrio como algunos de los vecinos de la zona mantuvieron un encuentro con el regidor, Rafael Cuiña, en el que aprovecharon para trasladarle su malestar ante esta situación.
