La Comunidade de Montes Veciñais en Man Común de Pena de Francia (Dozón) celebró ayer una nueva asamblea extraordinaria para abordar la concreción de la directiva. Una quincena de miembros de la entidad, de los 19 participantes en la junta, ratificaron nuevamente la candidatura de Jesús Remeseiro para afrontar este cargo.

El colectivo ya había celebrado el pasado mes de diciembre elecciones para renovar el órgano gestor. En este proceso, había resultado reelegido como presidente Remeseiro y estaba pendiente la presentación del resto de la junta directiva,una tarea que se llevaría a cabo en la junta fijada para el pasado mes de marzo. Pero precisamente en el transcurso de esta asamblea de marzo varios miembros habían mostrado su disconformidad con el nombramiento de Remeseiro. Ante esta tesitura, el presidente en funciones había anunciado, en un primer momento, que barajaba incluso disolver la comunidad de montes, una decisión que quedó pendiente de abordar en la junta celebrada ayer.

Pese a estos antecedentes, la asamblea de ayer sirvió para encauzar el rumbo. Un mayor quórum de socios permitió que se ratificase la presidencia de Remeseiro pese a que, de nuevo, los cuatro socios opositores mostraron su disconformidad con la decisión mediante su abstención. Así, en la reunión se abordó también la definición del resto de cargos de la directiva. Apenas se produjeron cambios con respecto a la junta anterior. Una de las novedades vendrá en la vicepresidencia, un cargo que ostenta ahora Camilo Daparte; el secretario será José Rodríguez Civeira y también entrará como tesorero su hermano, Antonio Rodríguez Civeira. La directiva también reducirá el número de vocales y se quedará solo con dos: José Janeiro y Camilo Ledo.

La nueva directiva afrontará en los próximos meses dos retos pendientes desde hace años y que habían sido ya mencionados por Remeseiro como condicionantes para repetir en el cargo. Por un lado, una de las cuestiones claves es la definición de los lindes del monte comunal. Hay documentos datados de 1850 que indican que la superficie de este monte comunal abarcaba unas 210 hectáreas, una cifra que se mantuvo en la revisión realizada en 1957 pero que se redujo a 167 hectáreas en la última actualización acometida en 2002. Precisamante la revisión de estos lindes es una de las tareas que más controversia genera entre los miembros del propio colectivo. Otra de las tareas a tratar pasa por afrontar la deuda que tiene el colectivo pendiente con la Xunta contraída con la creación de la comunidad en 1985 y que ascendió a 127.000 euros y que se mantiene, casi intacta a día de hoy.