El Concello de Lalín pondrá en marcha un programa de prácticas no laborales para alumnos que completaron sus estudios en ciclos medios o los que están en posesión de certificados de profesionalidad. La iniciativa, que está siendo ultimada por el gobierno local, pretende por un lado dar la oportunidad a estas personas de realizar prácticas en empresas y al mismo tiempo impulsar la inserción laboral.

La idea del departamento que coordina Katia Procino es novedosa, no solo en la comarca, una vez que focaliza la actuación en estudiantes y exalumnos de talleres de empleo que además de estar en paro no tienen oportunidad de acceder a la realización de prácticas en empresas. La mayor parte de éstas están reservadas a licenciados o personas de mayor titulación como los que finalizaron sus estudios en grados superiores. En el caso de los que cursaron un grado medio ven como las empresas optan por personal con un nivel de conocimientos más elevados por entender son más rentables a la hora de desempeñar una función y también tienen problemas para acceder al mercado laboral los participantes en talleres de empleo de distintas modalidades profesionales, por eso este programa incide en este sentido.

La normativa autonómica establece que los participantes en estas programaciones de prácticas no laborales deben estar incluidos dentro de una franja de edad que va entre los 18 y 25 años. No obstante el grupo de gobierno está analizando con técnicos municipales la posibilidad de aumentar la edad de los participantes, teniendo en cuenta que hay desempleados de ciclos medios o con certificados de profesionalidad que rebasan estas edades. Este programa, con el que el Concello apuesta por medidas que favorezcan la inserción laboral pese a que las administraciones locales carecen de competencias en materia de empleo, se levaría a cabo durante unos cinco meses, tiempo en el que en torno a una quincena de beneficiarios desarrollaría sus capacidades en empresas mediante prácticas no laborales. El coste del proyecto rebasaría los 32.000 euros, aunque todavía será necesario ajustar tanto cuestiones de índole presupuestario como las bases del mismo. Cada participante cobraría 426 euros y estas nóminas serían abonadas por el ayuntamiento. Transcurridos los meses de prácticas, los asistentes tendrían más experiencia, necesaria para completar su currículum y así mejorar sus condiciones de empleabilidad.

El ejecutivo es consciente de que la prestación económica que recibirán los participantes no es demasiado elevada, pero este plan va más allá, ya que incide en la necesidad que tienen muchos desempleados por contar con un puesto de trabajo en el que plasmar sus conocimientos. También existe otro componente que es el psicológico, pues la posibilidad de trabajar no es accesible para muchos ciudadanos y sobre todos parados de larga duración acaban resignados a percibir una renta de emergencia social. De la puesta en marcha de este programa hizo mención anteayer el alcalde, Rafael Cuiña, en la reunión con el comercio celebrada en la sede de la AED.