Una inusual plantación en el monte de O Carrio despertaba en días pasados el interés y al mismo tiempo suscitaba dudas por su proximidad a restos arqueológicos catalogados en esta sierra. En concreto, se trata de una plantación de árboles situada en las proximidades de las mámoas de las conocidas como Brañas de Abonxo, en la parroquia de Val do Carrio, (Lalín) situadas a la altura de Outeiro Grande.
Al margen del vial que conduce a lo alto de Penarredonda se erige una necrópolis megalítica formada por entre siete y nueve mámoas. Es precisamente en este espacio en el que se localiza esta particular plantación. Los árboles han sido colocados formando un perímetro alrededor de cada una de las mámoas. Además cada uno de ellos dispone de una pequeña estaca para garantizar su sujeción en estos primeros meses. A modo de protección contra la fauna también han dispuesto una malla para cada uno de los árboles. Asimismo, se trata de especies caducifolias: castaños y nogales. Este "cinturón arbóreo" está compuesto por entre seis y diez ejemplares.
La colocación alrededor de las mámoas lleva a pensar que se plantasen precisamente con el afán de señalizar, de algún modo, el yacimiento. Si bien, esta proximidad puede acarrear una afección, bien sea a la hora de plantarlos o en un futuro en cuanto crezcan sus raíces. En este sentido, el Concello estudiará la afección que esta plantación puede acarrear para el conjunto megalítico descubierto en 1995 y que fue catalogado posteriormente por Patrimonio. Un yacimiento, que según los expertos, ya no fue debidamente respetado con la instalación del parque eólico.
