¿Trampa para bicicletas, motos u otros vehículos? ¿O simplemente restos de alguna práctica deportiva en la naturaleza olvidados -a propósito o por un imperdonable descuido-? Son algunas preguntas que pueden surgir al encontrarse en el monte un tronco de pino caído en medio de un sendero con dos líneas paralelas de clavos. Lo que está claro es que supone un peligro para quien pase por allí, sea a pie o a bordo de algún vehículo. El tronco en cuestión se halla en un sendero situado al otro lado del área recreativa de Mouriscade.
Fueron, precisamente, los trabajos de recuperación de este espacio natural y de ocio los que permitieron al Concello de Lalín descubrir este peligroso tronco. Miembros de la brigada municipal de obras que realizaban las tareas de acondicionamiento del área recreativa notificaron el hallazgo a las autoridades municipales hace algo más de una semana. A su vez, el Concello de Lalín lo puso en conocimiento de la Guardia Civil, al creer que se trataba de una trampa para ciclistas o motoristas como las que han aparecido en montes del sur de Galicia. Un guarda forestal también ha cursado denuncia.
El tronco lleva tiempo tirado en un camino utilizado por senderistas, al otro lado del río Asneiro desde el albergue y el área de Mouriscade. De hecho, meses atrás podían verse trozos de cuerdas y otros restos en medio de los clavos, lo que hace pensar que estos fueron colocados a modo de guía, una hipótesis que parece avalar el propio desgaste del tronco en medio de las dos hileras. El hecho de que los clavos no están con las puntas al aire, sino con la cabeza, parece descartar la idea de que fueron colocados para hacer daño. Lo que es innegable es que, fuere como fuere, constituyen un peligro público.
