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Elena Martínez Blanco: "Una foto colgada en la red estará ahí siempre; los jóvenes tienen que ser más precavidos"

"Cuando se le da un móvil a un hijo se le tienen que explicar los peligros que trae consigo"

La docente, escritora y gestora cultural Elena Martínez Blanco.

A Estrada lucha contra el ciberbullying y el acoso escolar desde distintos frentes. La Federación Estradense de Anpas (Fesanpas) organiza para las 20.30 horas de mañana en el MOME la charla "Porque hay errores que todavía estás a tiempo de no cometer" en la que la docente, escritora y gestora cultural Elena Martínez Blanco apunta los riesgos de las nuevas tecnologías, las consecuencias del acoso escolar y las posibles soluciones. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de Sanmartín Gestión, Joyería Fondevila, Restaurante Samaná, Clínica Dental A Estrada, Pastelería Petiscos, Co-Prevent, Nicol's Café y Acrofam. En su visita a Galicia la autora también hablará de esos riesgos -esbozados en su novela Bajo el paraguas azul- con estudiantes del IES Montecelo de Pontevedra y de los institutos Manuel García Barros y Número 1 de A Estrada, en este caso, en la mañana del miércoles.

-En unas horas hablará en A Estrada de los riesgos de las nuevas tecnologías para los jóvenes, ¿qué errores cometen?

-Sobre todo, el de pensar que las nuevas tecnologías -especialmente los móviles- no son peligrosas, que no pasa nada por compartir fotografías. Y también pensar que todo les va a pasar a los demás y no a ellos. No son conscientes de su peligrosidad. Realmente le puede pasar a cualquiera: compartir una fotografía y que acabe en cualquier lugar.

-¿Deben ser más precavidos?

-Sí. Sin duda.

-¿Qué consecuencias les puede traer no serlo?

-Una fotografía que comparten ahora va a estar en la red para siempre. De cara a un futuro, a la hora de buscar un trabajo, el empleador la puede ver. Siempre les va a perseguir. También se pueden bajar y manipular muy fácilmente. Es una herramienta de acoso brutal. Es muy fácil hacerle una foto a alguien en una situación humillante y compartirla para reírte de esa persona. Es lo que se está haciendo, y mucho,en colegios e institutos

-Y si ya han cometido esos errores, ¿qué pueden hacer?

-Lo primero, pedir ayuda a un adulto. Ellos no saben cómo gestionarlo. Y cuando se dan casos de acoso, los testigos no deben quedarse callados. En una clase siempre saben quién es el acosador. Aunque no lo hagan en clase siguen involucrando al colegio. Son los alumnos los que siguen usando de modo indebido móviles. Para la víctima es muy difícil, dependiendo del tipo de acoso. Imagina que le manipulan o le roban una foto en biquini, en ropa interior o sin ropa. Se da mucho, por ejemplo, cambiándose. Es muy grave. Pasa en todos los centros educativos. Rompen y el novio o la novia de turno comparte esa foto. Es ilegal pero la situación es insostenible. ¿Cómo gestionas eso? La vergüenza, el miedo?

-Es docente, madre y domina las nuevas tecnologías en el que los jóvenes parecen ir muy por delante de sus padres. ¿Qué pueden hacer los padres para velar por sus hijos en esa materia?

-Es importantísimo que hablen con ellos. En el momento en el que le dan un móvil tienen que sentarse con ellos y explicarle los peligros que tiene, sobre todo el uso de las cámaras, del WhatsApp y en general de los demás programas. Tienen que hablar y tener la suficiente confianza para que puedan vigilarles, no quitarles privacidad. Poder leer en un momento dado leer emails y whatsapps. Es un deber como padre hacerlo. No solo para descubrir y evitar un posible caso de acoso sino porque a lo mejor nuestro hijo es el acosador. Estar pendiente de las dos vertientes.Para pararlo, para entrar en contacto con los centros educativos...

-¿Qué pueden hacer estos y los docentes que en ellos trabajan para terminar con esta lacra?

-Los centros tienen mucho que decir y no se trabaja lo suficiente por falta de tiempo y de formación. A ningún profesor se nos da formación de esto cuando estudiamos Los docentesdebemos hablar con los alumnos. Y estar atentos a los cambios de actitud. A lo mejor un alumno que sufre acoso cambia de actitud: no te mira a los ojos, empieza a bajar las notas... Y tenemos que hacerles ver que estamos ahí ante cualquier problema que tengan. Somos su adulto de referencia la mayor parte del día y tienen que saber que les vamos a ayudar. Estamos para ayudarles.Se echa en falta la formación. En ningún centro de los que he trabajado me han dado formación para eso. Y es superimportante.

-Sus novelas versan acerca de las nuevas tecnologías, ¿por qué?

-La casualidad. Las nuevas tecnologías forman parte de nuestra vida. Hago mucho uso de ellas como escritora, gestora cultural... Todo el mundo puede sentirse identificado con alquien que usa esas nuevas tecnologías.

-En Bajo el paraguas azul, habla de ciberbullying y de acoso escolar. ¿Es esta lacra una asignatura pendiente?

-- Sí. Es una asignatura pendiente. Tenemos tan arraigado que es muy divertido burlarnos de los demás que no nos damos cuenta de que eso es acoso. Como adultos no nos damos cuenta de que si nos reímos de ciertas cosas, les estamos dando la lección de que pueden hacer lo mismo y que está bien reírse de los demás: bajarle los pantalones a alguien y hacerle una foto. Es un ejemplo malo. No nos podemos reír ante esas situaciones. Eso es acoso.

-Así que básicamente hay que predicar con el ejemplo...

-- Exactamente.

-Va a tener oportunidad de hablar con estudiantes de A Estrada y de Pontevedra. ¿Qué consejos les va a dar?

-- Les voy a contar mi experiencia. Yo de pequeña sufrí acoso. Les voy a explicar mi experiencia de acoso y cómo me ha afectado, incluso décadas después. Y también les voy a contar casos de los que he sido testigo como profesora. Y a partir de ahí les hablaré del libro. Tiene mucho que ver.

-Así que Bajo el paraguas azul tiene un trasfondo biográfico...

-- Sí. Está basado en algunas cosas reales.

-¿Le ha valido su experiencia como víctima para ser más sensible con esos casos de acoso escolar o ciberbullying?

--Totalmente. Cuando yo era pequeña no había internet. No sufrí acoso cibernético. Fui muy sensible. Lo detecto. No puedo soportar que alguien lo pase tan mal como lo pasé yo.

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