Una delegación de Unións Agrarias y ganaderos afectados por los ataques del lobo en la comarca mantuvieron ayer un encuentro en Santiago con la Directora Xeral de Conservación da Natureza, Ana Díaz. Una reunión solicitada por el sindicato agrario con el fin de analizar la situación de Deza y Tabeirós-Terra de Montes con respecto a la presencia del lobo y las incursiones a explotaciones ganaderas. Una junta en la que participó el secretario comarcal, Román Santalla, y en la que se abordaron propuestas para garantizar la conservación del lobo y a la par intentar reducir y paliar los daños en las ganaderías.

Una de las medidas que reclama el sindicato desde hace años pasa por garantizar una rápida y adecuada indemnización por las pérdidas que los cánidos puedan causar a las cabañas. En este sentido, desde la Consellería de Medio Ambiente informaron de la puesta en marcha de un "plan de choque" para ponerse al día en el pago de atrasos en los expedientes por ataques del lobo. La responsable puntualizó que su departamento ya había procedido a abonar los expedientes atrasados de 2014. También aventuró que a lo largo de este mes de abril se procederá a efectuar los cobros pendientes de 2015 y ya en el mes de mayo se liquidarán los del presente año.

Otra de las claves en cuanto al pago de indemnizaciones pasa por realizar compensaciones que se ajusten al precio de mercado de los animales y que contemplen también el lucro cesante, es decir, las pérdidas que acarrean a medio para la explotación estos ataques. En este plano, la Xunta también informó a la comitiva de ganaderos que está trabajando en la revisión de los baremos de cálculo de la valoración de los animales, de forma que se equiparen más a los del mercado. También apuntó que estudiarán la compensación de estos daños colaterales reclamados por Unións. Contempla, además, revisar la zonificación que estipula el baremo de ayudas. El catálogo vigente en la actualidad fue realizado con datos del 2003.

El sindicato también exige a la Xunta que realice un control del censo de población de la especie para poder actuar en función del número de animales y habilitar medidas de control. En esta cuestión, Medio Ambiente se remitió al avance de los datos del censo del lobo, elaborado por el Ministerio de Agricultura, que indican que en Galicia la población de cánidos no habría disminuido en los últimos años. Unos valores que abrirían las puertas a poder autorizar batidas puntuales en zonas especialmente conflictivas.

En la junta también se abordó la petición de Unións de alimentar puntualmente a los lobos con restos de ganado a modo de medida disuasoria de las manadas. Una actuación que debería ser controlada bajo criterios científicos y técnicos, tal y como matizó Santalla. En este plano, el departamento de Medio Ambiente está colaborando ya con la Consellería de Medio Rural para comprobar las posibilidades de dejar carroñas de caballos muertos en el monte, un procedimiento habitual antes de la crisis de las vacas locas.

Unións reiteró su compromiso de colaboración en la gestión del lobo y la necesidad de una implicación real de la administración y la sociedad. Además, el sindicato inició una recogida de firmas con estas reivindicaciones.