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Esculturas en el núcleo urbano lalinense Esculturas en el núcleo urbano lalinense

Un museo pensado para visitar callejeando por Lalín

Francisco Asorey, Buciños, Acuña, Vidal Payo, Acisclo Manzano, Juan José Oliveira, Manuel Rial, O Vila, Wily o César Portela son algunos de los artistas cuyas obras lucen en la trama urbana

Wily | Antonio Taboada Ferradás tiene obras de su autoría en Lalín y en Botos. La que luce en una de las rotondas de la Avenida Cuiña es en su honor y fue inaugurada en 2007 tomando como base una pieza del propio Wily.

Lalín es tierra de artistas. Las distintas manifestaciones tienen presencia en la capital dezana y lejos de sus fronteras de la mano de sus grandes nombres de la pintura, sobre todo. Pero la escultura también tuvo y tiene notables profesionales y algunos de sus trabajos tienen un rincón reservado para la eternidad en la localidad. Tanto piezas de sus personajes ilustres como de los propios artistas se mezclan con algunas de las obras más majestuosas que existen en Galicia. El ilustre cambadés Francisco Asorey no tiene una escultura en su honor y tampoco un busto, pero de su martillo y su cincel salieron dos obras de gran formato que lucían en cualquier estampa de Lalín décadas atrás. Las estatuas en honor del ilustre aviador Joaquín Loriga y del científico Ramón María Aller fueron las piezas más destacadas a las que se sumarían cerca de otra treintena, distribuidas por distintas calles del núcleo urbano.

Las creaciones de algunos de los reconocidos maestros de la escultura lucen en las rúas como si de un amplio museo urbano se tratase y, en ocasiones, pasan desapercibidas para muchos lalinenses de cuna o de los que no hace demasiados años que la abandonaron. Hace ahora 14 años la artista Alicia Fernández Dapena realizaba una colaboración para el anuario Descubrindo del Seminario de Estudos do Deza sobre la escultura urbana de Lalín y en su trabajo proponía que era requisito obligado que la contemplación de estas obras se hiciese caminando despacio. Son acertadas sus palabras para que vecinos y visitantes conozcan algo que representa parte de la historia contemporánea de Lalín y de sus gentes. Si contar con dos obras de gran formato como las de Asorey, también resulta satisfactorio que en algunas rúas estén asentadas piezas de Buciños, Acisclo Manzano, Juan Oliveira, Manuel Rial, Acuña o César Portela. De los locales el más representativo es Vidal Payo, un cantero artista que, como otros referentes, su legado fue recogido por otros. Luis Ferreiro O Vila, Wily, Couto Codeseira, Xabier Arias, Javier Hita o lalinenses de adopción como Francisco Lareo son algunos de ellos. Vidal Payo es quizá el ejemplo de uno de los tantos canteiros que fue capaz de versatilizar su trabajo ordinario con un perfil más artístico o innovador en una tierra en la que el granito y otros minerales y también metales están al alcance de la mano.

Estas obras de arte son, además de un innegable elemento de ornato, un atractivo turístico para los apasionados por la escultura. Actualmente quizá la pieza más fotografiada sea el monumento al cerdo de la calle Colón, obra de Manolo Rial. Inaugurada en 2001 su colocación en esta rúa no estuvo exenta de polémica, pero hoy en día forma parte ya de su paisaje. La del astrónomo Aller fue objeto de una adecuación meses atrás después de años en los que se había pintado de azul el estanque de su base y sobre el mismo colocado unos chorros de agua, desvirtuando totalmente el concepto ideado por Asorey hace ya 56 años. Otro revés se produjo con el conjunto escultórico del Paseo do Pontiñas de Portela. Tanto la mesa de granito de 33 metros de largo como A Fonte y O Oratorio (espacios cúbicos con esculturas de formas fantasiosas) tuvieron que ser retiradas por un pleito y trasladadas a la Carballeira do Rodo. La figura de la maternidad o la infancia también tienen protagonismo, de la mano de Vidal Payo y Buciños respectivamente. Este artista fue el encargado de elaborar una pieza sobre el fallecido político local Xosé Cuiña. Laxeiro, el artista lalinense más internacional, tiene una pieza de granito que desde hace unos años luce en el exterior del museo municipal, esculpida por O Vila. El concepto de familia también está presente en este museo urbano, aunque en este caso el diseño de Buciños fue colocado en un punto del parque empresarial. Vidal Payo cuenta con varias obras repartidas por las principales calles o la periferia y también un busto en su' honor en la Praza da Vila. En este espacio público está también la creación en homenaje a los labradores o emigrantes. Y en el palco de la música de esta plaza luce una placa en recuerdo del finado músico Luis Areán y, recientemente, otra dedicada a todos los que trabajaron en favor de esta arte.

En la urbanización de O Regueiriño pasa desapercibida para algunos la escultura que simboliza el hermanamiento entre Lalín y la localidad andorrana de Escaldes-Engordany. La pieza simboliza el románico del país pirineo, es autoría de Sergi Has, y fue inaugurada en 2005. Otra singular es la que está sobre la ya conocida como rotonda de los caballos. Fue estrenada en 1999 y su autor es el finado Oliveira.

Las esculturas más recientes que se colocaron en el núcleo urbano fueron la que da nombre a la calle Memorias dun Neno Labrego, inaugurada por el literato cruceño Xosé Neira Vilas en su honor, en diciembre de 2011. Unos meses antes se colocó Alma de Vento en la parte trasera del consistorio, un trabajo de José Rocha Pino.

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