"Desde la lealtad al Cañón de Pau y al Coto do Abade tomo la palabra". Con esta solemnidad inició el debate del proceso de fusión con Cerdedo el alcalde de Cotobade, Jorge Cubela. Antes tuvo que pedir al público que llenaba el salón de plenos -y parte del vestíbulo de la Casa Consistorial-, el silencio necesario que permitiese desarrollar la sesión, ya que los concejales fueron recibidos con gritos por parte de los partidarios y contrarios al proceso. "Al finalizar podrán hablar todos", prometió Cubela a los vecinos, entre los que se escuchó el grito de "lo que queremos es poder votar y no solo hablar".

Las interrupciones y opiniones desde el patio de butacas se sucedieron a lo largo de la sesión y se extendieron al finalizar el pleno, cuando el alcalde permitió expresar su opinión a todos aquellos que pidieron la palabra. Varias personas preguntaron a Cubela quién será el alcalde del futuro municipio de Cerdedo-Cotobade y el regidor contestó con ironía: "Le voy a contar un secreto, va a estar entre Balseiros y yo". Algunos vecinos recriminaron al alcalde que no quiera aclarar esta cuestión cuando "ya lo tenéis más que decidido", le espetaron.

"¿Quién va a ser el tonto que se quede al frente de esta ruina y quién va a ser el que salga catapultado a un cargo mejor?", interpeló otro.

Durante el debate se hizo referencia en varias ocasiones a la falta de transparencia y de información hacia los vecinos durante la negociación del proceso entre Balseiros y Cubela. El alcalde de Cotobade insistió en varios momentos en que los vecinos podrán participar en el proceso a través de la exposición pública del proyecto, pero para Lina Garrido (PSOE) "decir esto es una auténtica tomadura de pelo; esta fusión está más que acordada por ustedes". La socialista recriminó a Cubela que no hubiese informado y mucho menos incorporado a la negociación a los concejales de la oposición y argumentó que fusionar dos municipios "no es un unir un puzzle de dos piezas, hay relaciones humanas y sociales más complejas", dijo Garrido.