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Dezanos sobresalientes (XL)

Andrés Aguiar y Caamaño

Nacido en Cervaña en 1728, fue deán de Santiago, obispo de Mondoñedo y miembro del consejo real de Carlos IV

Iglesia parroquial y capilla de San Salvador de Cervaña. // AVN

Andrés Ramón Vicente Aguiar y Caamaño nació en San Salvador de Cervaña, parroquia del Concello de Silleda, el 20 de febrero de 1728. Fueron sus padrinos Andrés de la Torre y María Josefa de la Torre. Era hijo de José Cayetano Aguiar y Valcárcel, natural de Trasouteiro, en San Vicente de Vimianzo, y Rosalía Caamaño Fernández de Deza y Taboada, natural de San Miguel de Treos.

Nieto paterno de Roque Jacinto Ramos de Aguiar Valcárce, natural de San Vicente de Vimianzo y descendiente de la casa solar de Villamane, Villafane y Peñamil y de María Antonia Pazos Varela de Leis Villardefrancos, natural de San Esteban de Soesto y descendiente de la casa solar de la Atalaya de Leis, y nieto materno de José Antonio Caamaño Bermúdez y Lobera natural de San Miguel Treos y de María Rosalía Fernández de Deza y Taboada Mondragón, de San Salvador de Cervaña. Biznieto paterno de Juan Ramos de Aguiar y Valcárcel, descendiente de la citada casa de Villamane, natural de la Puebla de Navia, concejo de Burón, y de María Díaz Patiño, natural de la Villa de Cé y biznieto materno de Antonio Pérez Caamaño, de San Miguel de Treos, descendiente de la casa de Jora y Carrabete y de Josefa Bermúdez Santiso de Lobera Caamaño, natural de San Simón de Nande, descendiente de la casa del Aplazadoiro y de la fortaleza de Romelle.

La familia del Sr. Aguiar y Caamaño estaba entroncada con ilustres casas, entre ellas la del Conde de Maceda, la del Duque de Sotomayor, la del Conde de Priegue, la del Marqués de Ribadulla y con Joaquín Díaz de Rábago, por el enlace con Concepción Aguiar y Pazos, abuelos de los actuales dueños del Pazo de Des (Soutolongo). Uno de sus antepasados, Pedro Fernández de Deza, vicario de Deza, fundó la capilla que aun hoy se conserva adosada a la iglesia parroquial de San Salvador de Cervaña a finales del siglo XVI. Es una capilla funeraria y panteón de la familia Deza, espléndido ejemplo único en Silleda, con una fachada plateresca y un interior gótico de transición.

Andrés Aguiar y Caamaño, después de haber recibido la educación primaria correspondiente a su origen, pasó a la Universidad de Santiago donde obtuvo el grado de bachiller en Artes y Teología y licenciado y maestro en Filosofía. Después en Ávila se licenció en Teología. En 1755 fue rector del Colegio de San Clemente de Santiago, donde había sido colegial.

En 1756 ganó por oposición la magistralía de la Colegiata de A Coruña, de la que luego fue maestrescuela. En 1762, mediante nueva oposición, pasó a magistral de la Catedral de Lugo y por real presentación del 10 de octubre de 1763 se le concedió la dignidad de Chantre. Vacante la canonjía de Penitenciario la desempeñó por encargo del cabildo, desde agosto de 1772 a agosto de 1775. Promovido a la de Chantre de Santiago en 1776, tomó posesión el 12 de septiembre.

El Sr. Aguiar perteneció al Consejo de Su Majestad. Carlos IV, en 1785, lo nombró caballero de la Real Orden Española de Carlos III y en 1794 fue nombrado deán de Santiago, cargo del que se posesionó el 25 de octubre, que estaba vacante por defunción de Policarpo Mendoza. Gozó de fama de gran orador, predicó un sermón acerca del Santísimo Sacramento en la Catedral de Santiago y dos al Real Acuerdo de Galicia, uno de ellos del Mandato, y pronunció en Santiago, en 1758, la oración fúnebre en las exequias por Doña Bárbara de Braganza, mujer de Fernando VI. Predicó también un sermón al Real Acuerdo de Valladolid y otro en 1775 a la Congregación de Nacionales del Reino de Galicia del Apóstol Santiago.

El rey Carlos IV le nombró Obispo de Mondoñedo el 28 de febrero de 1798, fue consagrado en Compostela el 29 de julio de 1798, siendo consagrante el arzobispo Felipe Antonio Fernández Vallejo, asistido por los de Lugo y Tui. Entró solemnemente en la diócesis de Mondoñedo el 15 de octubre de 1798. Fue un obispo enérgico, franco y amigo de los pobres y un entusiasta defensor del idioma gallego, que hablaba casi siempre.

El 9 de enero de 1801, en el Palacio de Buenaire, en la parroquia de San Andrés de Masma, expidió el título de Alcalde Mayor de Mondoñedo a José María Suarez y Presno, caballero maestrante, dueño y señor del coto y torre de Abadín y del coto de Lagoa de Montes de Meda. Ejecutó varias obras en el Palacio de Buenaire, donde solía pasar largas temporadas y compró para el obispado varias fincas en Masma, entre ellas la antigua Dehesa Real. Mandó construir la capilla de Nuestra Señora de la Concepción, encargó el retablo para la capilla en Santiago y depositó en ella un hueso del cuerpo de San Campio.

Durante su pontificado se produjo la invasión francesa, que le ocasionó grandes contratiempos. Bajo la presidencia del Sr. Aguiar, el 4 de junio de 1808, se constituyó la Junta Provincial de Defensa de Mondoñedo, que tendría a su cargo toda lo referente a la guerra contra los franceses. Ayudó con cuantiosas sumas a la lucha contra el invasor francés. El 7 de junio de 1808 manifestó a la junta que, para atender a las necesidades presentes, estaba dispuesto a dar 60.000 reales, anticipando 6.000. Dio después para la guerra otros importaness donativos. El 27 de octubre entregó 830 reales para la bandera del Ejército Provincial de Mondoñedo, que tuvo de coste 2.550. Equipó a la división auxiliar de Asturias y al Regimiento de Santiago, del que era coronel su sobrino Juan Bautista Aguiar, pero no pudo evitar la entrada de los franceses el 25 de enero de 1809 y aun tuvo que hospedar al general francés en su propio palacio episcopal.

Andrés Aguiar era pariente del beato Fray Diego José de Cádiz (José Francisco López-Caamaño y García Pérez). Fraile capuchino, asceta y orador, este religioso, en carta de 23 de junio de 1795, fechada en Ronda, le llamaba "Amadísimo tío mío y mi señor de mi mayor veneración". En 1802 dio a la imprenta en Madrid una de sus cartas pastorales dirigida al clero y a los diocesanos llena de doctrina y unción y del más ardiente celo por el bien de las almas confiadas a su cuidado. Otra pastoral la publicó en 1807.

El 8 de mayo de 1783 hizo testamento abierto. Legó considerables cantidades para el culto y obras benéficas en varios lugares donde estuvo destinado. Dejó 500 reales al Convento de Santo Domingo de Santiago, donde había estudiado; 6.000 al tesoro de la Catedral; 3.000 a la Catedral de Lugo; 1.000 al colegio de pasantes de San Clemente; 600 al colegio de Santa Cruz; 200 al santuario de Cervaña; y 200 a La Concepción de Castro Buxán, en San Juan de Calo.

Fundó dos escuelas en Trasouteiro (Vimianzo) una para niños de ambos sexos, en la que se enseñaba a leer, escribir, contar y la doctrina cristiana, y otra en la que se enseñaba latinidad que regentó previa oposición el provisor Ramón Francisco Caamaño, su sobrino. Junto a las escuelas y a la casa familiar fundó una capilla dedicada a Nuestra Señora de la Concepción, de estilo neoclásico puro, en la que se venera actualmente a su sobrino, el beato Diego José de Cádiz, en honor del cual se celebran las fiestas patronales. En su testamento legó 4.000 reales para comprar fincas para dicha escuela y dispuso que los maestros de ambas escuelas enseñasen gratuitamente a los hijos, nietos y descendientes legítimos de la casa de Jora, Aplazadoiro y Romelle, de donde eran sus antepasados; a todos los niños de la feligresía de Vimianzo y a su anejo Calo y a los niños de los lugares de Orgaz, Razamonde, Cabes, Reboredo y Castro. Dejó el patronato de las escuelas a su hermano José Ramón, a los curas rectores de Vimianzo, San Juan de Calo, San Juan de Cambeda y Santa María del Salto y al procurador general de Vimianzo. Ordenó que la fiesta de la Concepción, que se celebraba en Calo el 8 de diciembre, tuviese lugar el 8 de septiembre, en la capilla que había mandado edificar, con misa cantada con cuatro sacerdotes. Y ordenó también que el día de San Antonio, San Andrés y Difuntos o su octava, hubiera misa cantada en la capilla, con responso, ayudando a oficiar el maestro y que se celebrasen diez misas rezadas todos los meses.

Enfermo, en los últimos momentos le asistieron el médico del Cabildo de Mondoñedo, Nicolás Pardo, y el profesor de cirugía Vicente Maurese. Falleció a los 84 años en Mondoñedo a las dos y media de la mañana del 12 de noviembre de 1815 de hidropesía general. Su cadáver fue sepultado en la capilla mayor de la Catedral. Dejó 3.000 reales para construir la reja que debía cerrar el frente de la capilla donde fue enterrado. En la sepultura se grabó la siguiente inscripción: Yace aquí el cuerpo que fue del Ilmo. Sr. D. Andrés Aguiar y Caamaño, obispo y señor de esta ciudad y obispado, llamado a juicio el día 12 de Noviembre de 1815.

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