El Concello de Lalín tiene sobre la mesa una oferta de la fundación Abanca para la adquisición del cine Balado por 350.000 euros. Ese es el precio fijado por la entidad crediticia para un inmueble singular sobre el que el gobierno local puso sus ojos para su compra y rehabilitación como espacio multiusos. La operación está en punto muerto al entender el Concello que el valor actual de la construcción está por debajo de esa cuantía. En menos de 300.000 euros fue tasado el cine por técnicos municipales, según avanzó ayer en el pleno el alcalde, Rafael Cuiña.

El mandatario dio a conocer este dato durante una moción del PP acerca del proceso de peatonalización, en el que su portavoz, José Crespo, volvió a acusar al ejecutivo de improvisación y tomar decisiones sin tener en cuenta la opinión de comerciantes y residentes. La operación del cine salió a colación cuando el popular dijo al gobierno que había elaborado una encuesta acerca de la opinión de los vecinos sobre la rehabilitación del cine o las dependencias del antiguo colegio Manuel Rivero y, pese a que la más valorada fue la otra, la opción elegida fue la contraria. Cuiña aseguró que la decisión de apostar por uno u otro inmueble "no está tomada". El Rivero tiene a favor que la propiedad es municipal, mientras que la sala de cine está en manos de Abanca.

"Están a vueltas con el tema de la peatonalización estirando un chicle que no da más de sí, solo para enfrentar a los vecinos", espetó el alcalde a Crespo, quien replicó que nunca en democracia hubo un gobierno que dividiese tanto a la ciudadanía. "Nunca hubo dos Lalín como ahora", dijo Crespo.

El portavoz popular había asegurado que a comienzos de septiembre del año pasado 25 comerciantes habían presentado firmas contra la peatonalización y que Cuiña había dicho que las Loriga y Principal se reabrirían al tráfico después de Carnaval. E insistió en la improvisación en el caso del sentido de la circulación que hubo en Calvo Garra, primero de bajada y luego de subida. El mandatario, que en el primer turno había rehusado el debate por entender que lo que estaba haciendo el PP eran maniobras de desgaste, sí expuso luego sus argumentos. Recurrió a la hemeroteca para recordar que el 9 de septiembre se había dicho que el corte de Principal y Loriga se extendería durante las navidades y que se retomaría hacia el verano. Añadió que hubo reuniones con vecinos y comerciantes y que en la última incluso estuvieron dos ediles del PP. "Somos favorables a la peatonalización, pero no nos tome por imbéciles", exclamó Crespo. El alcalde reiteró la capacidad de diálogo de su equipo y que la reordenación del tráfico había sido diseñada por la Policía Local y el asesor urbanítico, Javier Bugallo. "Con la peatonalización quieren hacer un rebumbio para salir en la prensa los fines de semana en vez de trabajar toda la semana", declaró Cuiña al portavoz popular y apostilló que la decisión inicial de que Calvo Garra fuese de bajada partió de vecinos y comerciantes.

En un pleno bronco por momentos, ambos políticos volvieron a escenificar sus diferencias con frases altisonantes. Las críticas de Crespo al mandatario fueron respondidas con reproches. "Cuando haya consenso cuente con nosotros, cada vez que una cosa sale mal es culpa del PP y de Crespo", dijo el exalcalde, que luego recrimió al Cuiña un decreto "fascista" acerca de las funciones del asesor de los populares dentro del consistorio. Pidió al portavoz conservador que retirase esa acusación personal y aseguró que lo había votado como candidato al Senado. "Puedo decir que lo voté, con b y con uve". El teniente alcalde, Nicolás González Casares, mostró documentación de un estudio de una empresa sobre la humanización dem las calles del centro.