Belén Rodríguez Maroñas y su hija Paula eran uña y carne. "Ella necesitaba siempre mi consejo. Yo era madre cuando tenía que serlo porque le ponía las pilas, pero acto seguido era su amiga también. Nos íbamos juntas de compras y siempre me pedía consejo antes de llevarse nada. Además, lo que nosotras llamábamos sábado de madre e hija era sagrado para las dos. Fíjate que tenía sus amigas, pero los fines de semana no estaba con nadie sólo por estar conmigo", explica una mujer que en el dolor muestra una entereza admirable tras perder a su única hija en un fatídico accidente de circulación. Belén Rodríguez recuerda los mejores momentos vividos junto a su hija mientras señala algunas prendas de Paula que en su honor gusta de ponerse. Es una forma de mantener viva a una joven cuya muerte conmocionó a Lalín y al resto de Galicia. La madre de Paula Sueiro sigue teniendo muy presente el recuerdo de su hija, algo que nada ni nadie jamás le podrá arrebatar.

Paula Sueiro era una joven muy querida por todos. Su madre así lo explica: "Mi hija conocía a muchísima gente porque era muy cariñosa. Estaba haciendo prácticas en el Clínico de A Coruña, y las patólogas me habían comentando que por el hospital pasan haciendo prácticas un montón de gente, y aunque no solían encariñarse con nadie, reconocían que Paula era especial porque siempre tenía un beso para cualquiera". Los estudios de Paula le absorbían buena parte de su tiempo, sin olvidar su conocida vocación musical. Belén Rodríguez reconoce haber sido una madre preocupada porque a su hija no le pasara nada malo, procurando tenerla controlada en sus innumerables desplazamientos por tierras coruñesas y dezanas, a lo que la joven siempre accedía enviando una serie de mensajes a través del móvil que ahora su madre guarda como oro en paño. Volver a oír la voz de su hija de vez en cuando reconforta a esta madre.

El silencio que se vivió en la casa de los abuelos de Paula Sueiro durante los días posteriores a su óbito es algo que jamás olvidarán en la familia. "Me sorprendieron los sentimientos de la gente y el dolor tan grande que demostraron. Durante el tiempo del velatorio no se escuchó a nadie. Lo hicimos en casa de mis padres porque quería tener a mi niña allí, y te puedo decir que nadie dijo nada de nada en todos ese tiempo. Lloraron mucho, por supuesto, pero no se oyó a nadie decir nada". Ese recogimiento por parte de amigos y conocidos es algo que Belén valora de una manera especial. Para la madre de Paula, el silencio reinante demostró el respeto con el que todos ellos quisieron honrar a la figura de la joven.

Recopilar objetos y pertenencias de Paula ha sido la comprensible y reconfortante tarea llevada a cabo por su madre desde hace días. Belén suele utilizar algunas prendas de su hija para mantener viva su memoria. Además, la madre de Paula también ha realizado una serie de hallazgos que hablan de la implicación de la joven con la música. "Encontré papeles con muchas canciones que ella tenía escritas porque estaba con ganas de sacar el cedé entero después de haber hecho el crowfounding, y la gente le había dado dinero", indica Belén Rodríguez. A su hija le gustaba ser letrista siempre que se lo permitían sus obligaciones académicas, y no dudaba en coger lápiz y papel para plasmar sus inquietudes en forma de temas musicales.

La madre de Paula Sueiro considera que su hija era una chica con un comportamiento intachable, algo que destaca recordando que hoy en día muchos jóvenes de su edad no son tan dados a seguir las directrices de sus progenitores. "No es porque fuera ella, y por lo que pasó, pero es la hija que cualquier madre quisiera tener. Tenía 20 años y no hacía nada sin consultármelo, que hoy en día a esas edades los hay que no hacen ningún caso. Estaba en A Coruña estudiando y me decía si podía bajar a tomar un café porque yo le reñía para que estudiara, y yo le decía que sí pero siempre con la obligación de estudiar", asegura Belén Rodríguez. El grado de complicidad entre madre e hija también se veía reflejado en este aspecto de la vida de Paula, que no dudaba en consultar a su madre siempre que le surgía alguna duda.

El móvil

Tras el accidente mortal, Belén Rodríguez hizo lo indecible para poder dar con el paradero de móvil de su hija. La relación de numerosos mensajes y fotografías habituales en estos dispositivos convirtió al teléfono en un objetivo primordial de su madre. Belén echó mano de amistades para conseguir localizar un dispositivo que siempre estuvo en el fatídico lugar del siniestro. "Lo cierto es que tenía una pena muy grande porque en un primer momento perdimos su móvil. Hoy los niños tienen toda su vida grabada en el móvil y por eso quería tenerlo conmigo, pero unos amigos nuestros lo encontraron en el mismo sitio del accidente. Lo llevo siempre conmigo", asegura mientras abre su bolso y muestra el móvil de Paula diciendo que afortunadamente se trata de un modelo a prueba de mojaduras. El archivo de mensajes de voz, mensajes de texto y fotografías del teléfono es otra forma más de avivar el lazo de unión entre madre e hija.

Belén Rodríguez se considera una mujer afortunada porque en todo este tiempo nunca se ha sentido sola. Arropada por familiares y amigos, la madre de Paula Sueiro ha sido objeto del cariño y el afecto de todos ellos. Tampoco descuida las redes sociales, donde también se ha visto superada por la cantidad de mensajes de todo tipo animándola para seguir adelante en este doloroso trance. Facebook y Twitter se volcaron con Paula Sueiro una vez conocida la noticia de su fallecimiento, algo que también su madre valora de una forma positiva debido a la enorme repercusión alcanzada. El Centro Comercial Aberto (CCA) de Lalín organizará el próximo domingo día 28 una misa en recuerdo de la joven cantante. La eucaristía tendrá lugar en la capilla de Nosa Señora do Montserrat, en la parroquia de Donramiro, oficiada por el cura Marcos Torres y a las 17.00 horas.