La primera nevada del año caída ayer sobre Deza y Tabeirós-Terra de Montes vino precedida por los intensos aguaceros de los días anteriores. Solo el sábado sobre la estación meteorológica de Mouriscade (Lalín) cayeron 23 litros por metro cuadrado y 51,6 en la de Pereira (Forcarei). Toda la zona se encontraba ayer en alerta amarilla por rachas de viento y la amenaza de nieve en una cota de 600 metros, que finalmente se materializó a mediodía en la mayoría de las cumbres de Deza, aunque el manto blanco también cubrió, aunque fuese esporádicamente, los tejados de los cascos urbanos de Rodeiro y Dozón y de parroquias próximas. En otras zonas, caso de Lalín o Silleda, fueron frecuentes las precipitaciones en forma de aguanieve.

Tras prácticamente una semana de lluvias, éstas dejaron paso a temperaturas gélidas, en torno a los cero grados o incluso por debajo de este valor. El temporal recomendaba prudencia al volante, de modo que todos los vecinos de las comarcas minimizaron sus desplazamientos por carretera. Desde la Xunta y la Diputación se activaron dispositivos de mantenimiento para esparcir sal en aquellas vías donde son más frecuentes las nevadas, como la PO-533, que comunica Lalín con Monforte pasando por Rodeiro, y la EP-6202, que enlaza las tierras de Camba con la parroquia ourensana de Oseira. También, desde primera hora de la mañana, tres palas quitanieves estaban apostadas en la AP-53 a la altura del acceso de O Reino, en el municipio ouresano de Cea, para comenzar a funcionar en cuanto cayesen los primeros copos.

La intervención de maquinaria fue necesaria pasada la una de la tarde, cuando el temporal arreció y cubrió de blanco puntos como el Alto do Faro, a 1.181 metros de altura. De nuevo, este enclave que separa las provincias de Ourense, Pontevedra y Lugo volvió a convertirse en centro de juegos para niños y mayores. Fueron varios los vecinos de Rodeiro, así como visitantes, que decidieron desplazarse hasta la cima del monte para disfrutar del blanco elemento y de la panorámica de las cumbres que desde allí se divisan. La nieve también hizo acto de presencia en otros puntos de Tabeirós-Montes, como Soutelo de Montes y Aciveiro, en el municipio de Forcarei, aunque no llegó a cuajar.

Árboles y desprendimientos

Las consecuencias de las lluvias, por otra parte, aún se dejan notar en las carreteras. Los bomberos con base en Silleda salieron ayer por la mañana en dirección a Merza para retirar un árbol desplomado sobre la pista que conduce a Bascuas. Ya por la tarde, se requirieron sus servicios en la EP-7101, la carretera que comunica Cerdedo y A Estrada y que pasa por Sabucedo. En su primer kilómetro, un desprendimiento de tierra había cubierto los dos carriles de circulación, por lo que, además de dos bomberos, intervinieron tres operarios del Concello y personal de la Diputación, titular de la vía. Además, en el kilómetro 8 de la carretera entre Silleda y Vila de Cruces, la PO-205, apareció otro árbol derribado sobre la calzada.

En lo que llevamos de febrero han caído ya 135,4 litros/m2. Los caudales de los principales ríos están desbordados y las playas fluviales están prácticamente desaparecidas bajo el agua, igual que muchas fincas de labor de la mayoría de los concellos. El pantano de Portodemouros está al 85,5% de su capacidad, con 254 Hm3 de agua embalsada (tiene 297 de cabida máxima). A medianoche del sábado, los operarios abrieron las compuertas para evitar que el agua saliese por el aliviadero, con la consiguiente crecida del Ulla durante la madrugada de ayer, patente en las islas de Gres. No obstante, las continuas lluvias obligaron a que el aliviadero comenzase a funcionar ayer por la tarde, aunque sin generar incidencias.

Por último, anoche los bomberos acudieron a la planta de residuos inertes de Castrelo, en Forcarei, que desbordaba hacia un afluente del Lérez por efecto de las lluvias. El líquido vertido tenía aspecto oleoso, según representantes del Concello de Forcarei, que aguardaban la llegada de la empresa.