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Una cantera de rescatadores

El Grupo de Cans de Rescate entrena cuatro nuevos cachorros para asegurar el relevo en la unidad canina

La laureada pastor belga malinois, con los cachorros que ahora entrenará la unidad de salvamento.

Soy hijos de campeona. Tienen solo dos meses y, como cachorros que son, comer y jugar es su única rutina. Sin embargo, dentro de muy poco tiempo estarán siguiendo los pasos de quien los trajo a este mundo. Llevan el instinto para salvar vidas impreso en su ADN. Solo tendrán que encauzarlo y desarrollarlo. No estarán solos. Han nacido y crecerán en una familia de rescatadores, en un equipo entrenado para seguir el rastro de la vida. El Grupo de Cans de Rescate (GCR) de A Estrada emprende un nuevo proyecto: incorporar cuatro cachorros de pastor belga malinois a la unidad. Es importante no bajar la guardia con los entrenamientos pero también lo es asegurar el relevo. Los héroes también precisan tener buena cantera.

A comienzos del pasado mes de diciembre, la laureada Axia, uno de los perros de esta unidad canina de salvamento, alumbró una camada de cinco cachorros, tres machos y dos hembras. Su genética les concedía muchos compradores deseosos de convertirse en orgullosos dueños de uno de estos perros. Sin embargo, cuatro de los hijos de esta perra, a la que entrena y guía desde hace años José López Louro, se quedarán en el Grupo de Cans de Rescate. Vayú será entrenado por Manuel González Chedas "Chispa". Rina tendrá como adiestradora a Lucía Torrado, Gara se quedará con Louro y Jorge, otro de los guías de la unidad, preparará a Goku.

"Era hora de dar un paso al frente", dijo ayer el coordinador de la agrupación. González Chedas subraya que los guías que conforman la unidad tienen experiencia, algo que ha de aprovecharse para seguir avanzando. "La fama la madre la tiene"-dijo en relación a la camada de Axia- "y los cachorros pueden seguir el mismo camino".

Para preparar a estos perros, el primer paso fue separarlos, a fin de que comiencen a aclimatarse a la persona que los cuidará y los entrenará. Están precisamente en la fase de acostumbrarse a su nueva casa y a los nuevos hábitos. El siguiente paso será ir enfocándolos hacia el trabajo que tendrán encomendado, que no es baladí.

Todo comenzará como un juego. Saldrán a pasear a zonas de monte y también a pequeñas áreas con escombros. La idea es que estos cachorros perciban este tipo de escenarios como parte de un paseo. Luego será su zona de trabajo, espacios a los que tendrán que enfrentarse para intentar devolver la esperanza a quien la cree perdida.

Según explica el coordinador del Grupo de Cans de Rescate, el propio Louro comenzó con el entrenamiento cuando los cachorros estaban todos juntos y en compañía de su experta madre. Les preparó un parque canino, con ruidos, radios y zonas oscuras, a fin de aprovechar las primeras semanas de vida de estos canes para que se acostumbre a todos estos estímulos y no se asusten.

La idea de la agrupación es que esta cantera se forme con calma. "Las prisas con los perros son malas", apunta Manuel González, que aboga por ir despacio en este entrenamiento, sin obsesionarse con pruebas de homologación que se puedan presentar. Además de madera, estos perros muestran ya maneras. Muerden bien, no tienen miedos y tienen carácter, de tal forma que los cuatro cumplen con lo que se le pediría a un cachorro de perro de rescate.

Tienen mucho camino por delante y lo recorrerán, pues, con paso seguro. Chispa subraya que año y medio, con una buena continuidad en el entrenamiento, es lo mínimo para poder asistir a una búsqueda con un perro, si bien se decanta por aguardar dos años de preparación para poder hacerlo con garantías. Sostiene que a esta edad el perro ya tiene muy claro lo que tiene que hacer en el escenario de una búsqueda. Entre los dos y los cuatro años se convertirá ya en un buscador veterano.

Con varias homologaciones internacionales y tres mundiales a sus espaldas, Axia aportó la genética, al igual que hizo el padre de los cachorros, otro reconocido perro de salvamento. Los cachorros tendrán que poner el trabajo y la constancia y sus guías, la dedicación y el esfuerzo desinteresados para formarlos en favor del bien común. No pueden hacerlo todo. La administración también tendrá que poner de su parte para que esta cantera de salvamento pueda seguir creciendo. Para ello, la Xunta tiene pendiente dotar a esta unidad de una pista de entrenamiento, un compromiso adquirido hace meses y que está pendiente de concreción en las instalaciones de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). Estos equipos necesitan un lugar en el que poder entrenar. Han de estar listos para poder atender la llamada. Y las emergencias no esperan.

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