El 15 de enero de 1991, hace 25 años, en un acto encabezado por el entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga, se firmaba en el recinto ferial de Silleda el acuerdo protocolario de constitución de la Fundación Semana Verde, una institución sin fin de lucro y declarada de interés gallego. Sus fines eran, y siguen siendo, contribuir al desarrollo del sector agrario gallego, favorecer la colaboración público-privada, reforzar la posición estratégica de Galicia a la hora de promover eventos estatales e internacionales y, por último, convertir al recinto ferial en una estructura comercial y de promoción.
La puesta en marcha de la Fundación se materializaría el 16 de marzo de ese mismo año con la rúbrica ante notario de la escritura pública de su constitución. El crear una Fundación en la Semana Verde -que ya llevaba funcionando desde 1978- supuso un respaldo institucional a los promotores del recinto, la Asociación Ferial, pues se anunció una inversión de casi 32.125.000 euros (en torno a 5.345 millones de pesetas) para ampliar el recinto en los próximos cinco años, como recuerda el entonces presidente de la Asociación, José Maril. A estas cantidades se suman las que aportan la Diputación, el Concello o la Cámara de Comercio.
Maril estaría al frente de la Fundación desde el año 1991 hasta 2008, con lo que conoce de primera mano las dos etapas que vivió la Semana Verde. La primera, entre 1978 y 1991, en la que la feria se consolida, desde aquella I Feira de Exposición Agropecuaria hasta acoger otras iniciativas como los Encontros Ecológicos, el Salón de la Energía y Desarrollo Rural o, también en ese 1991, el Concurso Nacional de la Raza Frisona, que por entonces ya llevaba celebrándose 14 años. "La Fundación no se creó en 1978 porque éramos una docena de personas las que impulsábamos la cita ferial. Pero llegó un momento en que nos desbordó todo, no teníamos capacidad para atender la demanda", recuerda Maril. La Asociación Feiral sí pudo gestionar los primeros 50.000 euros que se concedieron desde el Ministerio de Agricultura para construir el recinto, a comienzos de los años 80, "pero en los 90 la inversión era muy superior y tuvimos la oportunidad de crear el patronato", en el que se integran representantes de la Xunta, la Diputación, las finanzas y de la propia asociación.
Es a partir de 1991 cuando la Semana Verde se ve inmersa en una segunda etapa de su historia. "Podemos decir que en esa fecha se consolidó como la más importante y la única que había con carácter internacional", asevera Maril, "pero había otros sectores que consolidar en la feria, como el turismo o la madera". Y de ahí que comenzase la vorágine de contactos con otras ferias, como la "Semana Verde Internacional" de Berlín, que lleva celebrándose desde 1926 o la feria agropecuaria portuguesa de Santarem.
Expedientes de empleo
En estos 25 años de Fundación, el agro gallego sufrió un profundo cambio, como reseña Maril. "A finales de los 70 había un desarrollo muy grande, con el impulso de concentraciones parcelarias y la construcción de granjas. Después vendrían las asociaciones profesionales de cunicultura y porcino", vinculadas precisamente al recinto ferial. Hasta derivar en la globalización de mercados y la tremenda profesionalización del sector, con menos granjas pero más mecanizadas y una alargada crisis de precios en casi todos los sectores ganaderos.. La Fundación también tuvo su propia crisis hasta el punto de quedar en entredicho su viabilidad. Pero logró reconducirse mediante diversos relevos en los cargos y dos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), que redujeron la plantilla de 38 empleados que había en 2011 a los 11 trabajadores actuales. En agosto de 2008, José Luis Méndez Romeu sustituye a José Maril como presidente de la fundación, y un año más tarde sería relevado por Alfonso Rueda. Hubo también cambios en la gerencia: en los últimos siete años pasaron por este cargo Paloma Hidalgo, Pedro Corbacho y Ricardo Durán, con el que la Semana Verde logrará cerrar tres años en números positivos.
