La iglesia de Lalín de Arriba -una de las más antiguas del municipio- está abierta al culto y con nuevo sacerdote desde que el obispado accedió a la petición de los vecinos y envió al cura Marcos Torres tras la jubilación del anterior religioso. A comienzos de julio los feligreses comenzaron a preocuparse ante el aviso de la Diócesis de Lugo de que el templo se quedaría sin culto por falta de sacerdotes y además al no contar Lalín de Arriba de la distinción de parroquia. Tras unas semanas la institución religiosa accedió a que Marcos Torres sustituyese a José Diéguez y esta aldea garantizaba la celebración de oficios dominicales. La iglesia mantuvo históricamente su culto, pero los sacramentos que allí se celebran exigen la anotación en el archivo existente para esta zona, que es el de la parroquia de Nosa Señora das Dores.

En el templo de Lalín de Arriba, desde que en octubre pasado tiene como sacerdote a Marcos Torres, se celebran misas dominicales y otros oficios como funerales. En la reunión de la asociación vecinal celebrada el viernes pasado para debatir acerca de la titularidad del inmueble el religioso acudió invitado, aunque finalmente algunos de los presentes le pidieron que abandonase este encuentro, comentándole que sería informado de la decisión que se tomase durante los próximos días.