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Capitán Gosende, protector infatigable del arte rupestre

La asociación acumula un vasto historial de descubrimientos, en su mayoría petroglifos, en los montes de Cerdedo en el último año

Integrantes de Capitán Gosende junto a uno de los petroglifos hallados en el último año.

La asociación Capitán Gosende, creada en 2012 con firme compromiso medioambiental y cultural, aglutina a acérrimos defensores del patrimonio natural, cultural, artístico y patrimonial de Cerdedo. Entre ellos figura el experto y colaborador de FARO, Calros Solla. Buena muestra de esta defensa ha dado el colectivo a lo largo del último año en el que ha contabilizado un importante número de hallazgos prehistóricos en los montes de Cerdedo.

Sus continuas expediciones por los enclaves naturales del municipio les han permitido sumar a lo largo de estos meses un amplio catálogo de yacimientos, en su mayoría grabados. La agrupación estrenaba el pasado año con el hallazgo de una petroglifo en los montes de Carballás que inauguraba un incesante goteo. En marzo detectaban que Patrimonio carecía de registros sobre el Castro da Mouteira en la parroquia de Parada. Incansables, en abril el colectivo hacía un nuevo descubrimiento, en el monte de Laxoso (Quireza), un nuevo grabado rupestre localizado a 850 metros del Coto do Corvo. A penas dos meses después el colectivo afirmaba haber encontrado otros dos nuevos petroglifos en los montes de Cerdedo que ampliaban la lista hasta un total de 24 grabados rupestres ya catalogados en ese momento en dichos parajes.

En julio Capitán Gosende bautizaba como Petroglifo da Lomba de Castrodiz el localizado entre el coto del que toma el nombre y el de Outeiro de Mestre. También en agosto sumaban a su amplio catálogo un nuevo resto un petroglifo esta vez en Fondós en las inmediaciones de la Carballeira da Granxa do Hospital de 4.000 años. Los montes de Quireza, a medio camino entre las aldeas de Vilarchán y Fondós, también conservaban otro petroglifo detectado a comienzos de septiembre. En octubre Capitán Gosende daba nombre a su cuarto grabado localizado en el monte de Pedre, conocido como Laxa da Romaxe. Una semana después la asociación localiza otro petroglifo en las proximidades al que bautizaba de forma similar.

El colectivo se ha convertido en un incansable aliado para la conservación y localización del patrimonio rupestre en Cerdedo. Los amplios conocimientos en la materia de sus integrantes y su pasión por estes grabados rupestres son claves para su labor.

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