La segunda jornada de temporal mantuvo ayer en alerta a las comarcas por las crecidas registradas en algunos de sus ríos y ante la amenaza de desbordamiento de otros. Las intensas rachas de viento que se prolongaron durante buena parte de la noche y la mañana también hicieron precisa numerosas intervenciones de efectivos de Emergencias para la retirada de árboles. Las precipitaciones de las últimas horas propició inundaciones en bajos y corrimientos de tierra en viales.

En la capital dezana uno de los puntos claves volvió a ser A Laxe, en la parroquia de Bendoiro, donde el riachuelo Mosqueiros anegaba desde primera hora el lavadero municipal y prados próximos. Una zona colindante con viviendas y el albergue de peregrinos que en más de una ocasión han sufrido inundaciones. Hasta el lugar se desplazó el regidor, Rafael Cuiña, y el edil de Rural, Miguel Medela, que visitaron acompañados de un vecino los puntos más afectados. Cuiña se comprometió a que el Concello emprenderá todas las gestiones para solventar este problema con la mayor brevedad. Cuiña lamentó "la desidia del anterior gobierno con este problema que se repite desde hace años". El regidor recordó que los técnicos municipales están ultimando un informe técnico que remitirán a Augas de Galicia, organismo competente para autorizar una solución. Otro de los puntos inundados fue el Paseo Pontiñas, donde los patos nadaban ya entre los columpios. Por otro lado también en Lalín, efectivos de Emerxencias procedieron a retirar un pino que invadía un vial entre Santiso y Filgueira y dificultaba el paso de los vehículos.

En Trasdeza, el gran caudal de la Fervenza do Toxa protagonizó una de las instantáneas más fotografiadas de la jornada. El agua descendía con gran voracidad. En el municipio los bomberos del Parque Intercomarcal tuvieron que desplazarse Pazos para retirar un pino caído sobre un cable del teléfono. En esa misma parroquia recibieron, poco después otro aviso por un eucalipto de grandes dimensiones que obstaculizaba el tránsito. También en A Rocha, en la N-640 un corrimiento de tierra obligaba a cortar el carril dirección a Silleda.

Por su parte, en Vila de Cruces, el río Deza a su paso por A Carixa entró tímidamente en las piscinas del área recreativa al mediodía, pero la calma de la tarde hizo descender el caudal. Si bien, Protección Civil tuvo que retirar varios árboles en las proximidades de la Ponte de San Xusto (Ínsua). Al igual que en Silleda las intensas lluvias provocaron un corrimiento de tierra en un vial de Ollares de tituraridad provincial.

Agolada tampoco esquivó el influjo del viento. La caída de un gran eucalipto en la carretera a Berredo a la altura de A Baliña (A Baíña) motivó la intervención de Protección Civil que también acudieron a un aviso en el vial que comunica el municipio con Vila de Cruces y otro en Ponte Vilariño. En Rodeiro las incidencias se centraron en ramas caídas en viales de zonas como Carboentes o en un vial inundado en Barrio.

Por su parte, Emerxencias de A Estrada cortó a las 00.55 horas un poste que obstruía un vial en O Castro de Ouzande; árboles en A Sobreira de Piñeiro (Cuntis), Os Sureiros (A Somoza), O Alto da Cruz (Matalobos) y Fondevila (Santeles). Comprobó que un arco del alumbrado navideño que estaba algo descolgado no era peligroso. Y actuó por la creciente cantidad de pluviales. Fue a las 9.40 horas, en Ribadevea (Santa Cristina de Vea), ante el temor vecinal a que el agua entrase en una casa. Así ocurrió en una de Pernaviva radicada al lado del río. Su bajo se inundó, alcanzándose en algunos puntos 40 centímetros de agua que fue achicada por Emerxencias desde las 11.00 hasta las 15.00 horas. En Vilapouca (Cereixo), Emerxencias limpió una cuneta llena de maleza para que el agua no entrase en una casa. También una finca de O Redondo de Ouzande sufrió el exceso de agua a las 18.15 horas porque la tubería no daba abasto. Por su parte, los operarios municipales de A Estrada retiraron del acceso a una casa de Pazo de Santo André de Vea y del vial a Castro Ramiro tierra de sendos taludes que se precipitaron por la lluvia.

En Forcarei, en Rabadeiras, agua procedente del monte entró en varias casas. Protección Civil y operarios municipales hicieron una zanja para aliviar la bajada de agua, Asimismo, el Concello se ocupó de que el puente de acceso a Ponte Maril y a Espindo -que había quedado cortado al tráfico el jueves- quedase practicable, tras retirar con una pala unos troncos grandes que obstruían el paso del agua. Así se lbajó el nivel y se reabrió el vial al tráfico, con la señalización oportuna. En Nercellas, desatascaron unos tubos que se habían obstruído con unas pelotas, por lo que se había formado un gran charco junto a la marquesina del bus. Finalmente, el Concello alertó a la Diputación de que el agua había arrastrado numerosas piedras por el vial provincial que pasa por Ratel (Santa Mariña de Presqueiras). Por la tarde se aguardaba que actuase la brigada de conservación.

En Cerdedo, las cunetas -que las brigadas limpiaron en los últimos meses- aguantaron el tirón. No hubo que cortar carreteras como en años anteriores ni hubo árboles caídos. En cambio, el colegio siguió sufriendo grandes filtraciones y el agua entró también en el Centro Cultural y en el pabellón municipal.