A Estrada llora a la empresaria estradense Guadalupe Cusidó Mollet, la propietaria del grupo Sala Gradín (junto a su marido, Ramiro Abelleiro Rey). Lupita, apelativo cariñoso con el que era conocida en la villa, falleció al mediodía de ayer a los 72 años de edad, a causa de la enfermedad contra la que luchó incansable durante los últimos 5 años. La capilla ardiente con sus restos mortales -que serán incinerados- está instalada en el tanatorio San Pelayo. El funeral por su eterno descanso será hoy a las 17.00 horas en la iglesia de A Estrada.

Lupita Cusidó dio buena muestra de su vocación empresarial incluso durante el último lustro, ya estando enferma. Según explicaba ayer su hijo Antonio Abelleiro incluso durante estos últimos años seguía interesándose por los pedidos. "Hasta que pudo trabajó. No concebía la vida de otro modo", concluyó. calificando de "impresionante" la lección de vida que le ha proporcionado su madre.

Esta era de origen catalán. Sus padres eran unos empresarios del textil que se asentaron en A Estrada, concretamente en un local radicado en la calle San Paio de A Estrada, muy cerca de donde están ahora las instalaciones de Coesco. La empresa de los Cusidó tenía, además, sucursal en Barcelona. Al quebrar la firma familiar, Lupita Cusidó fundaría su propia empresa textil. En paralelo, su marido -conocido por los vecinos como Chucho Abelleiro- y el padre de este, Ramiro Abelleiro Lagos, impulsaban la emblemática discoteca Lennon. También estuvieron vinculados a la Nicol's.

Cuando llegó la crisis del textil y Sala Gradín asumía el servicio de restauración en la Semana Verde, Lupita -que seguía haciendo disfraces y seguiría colaborando hasta hace muy poco con compañías teatrales locales- entró de lleno en el mundo de la restauración con Sala Gradín. Desde entonces, su ilusión siempre fue que sus 5 hijos -Montse, Amadeo, Lupi, Antonio y Adriana- pudiesen continuar con el negocio familiar. Por eso, en estos últimos años -en los que la empresa sufrió una importante transformación que le llevó a multiplicar sus inversiones y su volumen de facturación- estaba "muy contenta", en palabras de su hijo Antonio. El grupo Sala Gradín adquirió y remodeló el Pazo de Xerlís, en la parroquia estradense de Guimarei, para conjugar sus servicios de restauración con un paraje idílico. Asimismo, apostó con fuerza por el catering. Así, según Antonio Abelleiro, pasó de facturar 300.000 euros a 5 millones y de una treintena de empleados a 280. Para Lupita fue toda una satisfacción.