"Mucha gente sigue pendiente del qué dirán", asegura Delfín Taboada al preguntarle por la evolución de los entierros civiles. En Deza son aún casos muy residuales, y se ciñen a difuntos "que son testigos de Jehová o luteranos, como en la parroquia trasdezana de Vilar". Del mismo modo, las familias siguen prefiriendo que oficie el funeral más de un sacerdote. "Poco a poco van introduciéndose los coros para acompañar la eucaristía, pero lo más habitual es que los sacerdotes ya tengan sus contactos para que les secunden en los salmos". Pero también es cierto que a veces es difícil disponer de varios curas, dado que hay menos que en otros años y, por ejemplo, los fines de semana suelen estar atareados con misas de aniversario.

No ocurre lo mismo en Tabeirós-Montes donde la tendencia está cambiando. José Luis Castro recuerda épocas con 10 y 12 sacerdotes por entierro, si bien hoy día "la gente busca sencillez" . Aunque es frecuente que haya tres o cuatro, muchas familias piden un único cura.