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La tríada arqueológica de A Estrada

El departamento de Turismo promociona la visita a los castros de Barbude, Castrovite y San Miguel de Castro

El asentamiento de Barbude, para el que se pidió la declaración de BIC. // Google Maps/Berbabé/Javier Lalín

Hay que saber verlos y, sobre todo, enseñarlos pero buena parte de los recursos turísticos están ahí. Algunos son más nuevos y otros existen desde hace siglos, dibujados por acción de la naturaleza o por la mano del hombre. El departamento de Turismo de A Estrada ha incrementado sensiblemente de un tiempo a esta parte la promoción de estos recursos a través de soportes a los que se puede acceder desde cualquier rincón del mundo. El nuevo portal turístico municipal ha encontrado un aliado en las redes sociales para ir lanzando invitaciones a descubrir atractivos locales. En concreto, estos días el departamento promocionaba el conocimiento de lugares de interés arqueológico.

Turismo ha puesto el acento en tres castros existentes en el municipio que, según recoge, "monumentalizaron el paisaje estradense desde los siglos VIII antes de Cristo hasta bien entrada la Edad Media", Se trata de los existentes en las parroquias de Barbude, Orazo y San Miguel de Castro. Acceder al portal turístico de A Estrada (turismo.aestrada.com) permite al usuario encontrar indicaciones sobre cómo llegar hasta el lugar que ocuparon estas aldeas fortificadas de la Edad de Hierro, recordándole que en esta época la comarca estaba habitada por una tribu conocida como Taberiolos.

Aunque, como se recoge, estos asentamientos estaban pensados para ver y ser vistos, algunos de estos castros son todavía desconocidos por muchos ciudadanos. Si se contempla su imagen desde arriba todavía se obtiene una impresión más impactante de cómo estos castros marcan el paisaje estradense.

Estrada Rural, obra del célebre Manuel Reimóndez Portela, es una de las fuentes documentales de las que se puede beber para intentar conocer más sobre esta tríada arqueológica que ahora se promociona como atractivo turístico.

El castro de Barbude es de los más conocidos de A Estrada por los intentos de que sea declarado como Bien de Interés Cultural (BIC). Reimóndez Portela lo definió como "un mirador hacia el norte extraordinario", haciendo alusión a las panorámicas que ofrece de las tierras de Vedra, Ponte Ulla y Pico Sacro hacia Compostela. Apunta que, por su situación estratégica, "probablemente desempeñó un papel muy importante con respecto a otros castros en la época de la civilización prerromana y romana". Recoge el autor que este castro fue estudiado por Bouza Brey quien, según indica, recogió que estuvo rodeado de un gran cinto de murallas, toda vez que cita entre los hallazgos tres piezas de molino de mano, dos de piedra de afilar, una pieza de serpentina posiblemente utilizada para gravar varias piezas de cuarzo blanco, una piedra jabonosa, varios troncos de cerámica o un trozo de ánfora decorada.

En relación al de San Miguel de Castro, Reimóndez Portela narra que este asentamiento sobresale y alcanza los 287 metros de altitud, convirtiéndolo en "uno de los más hermosos miradores de toda la comarca", con el Ulla a sus pies. Apunta que tiene el castro una pronunciada pendiente y que en él aparecieron restos de cerámica en barro rojo, en especial cerca de la cima, y también restos de molinos de piedra. En la reedición de Estrada Rural se recoge que en lo alto de este castro se realizó una construcción circular que se convirtió en mirador y lugar de interés turístico.

En cuanto al castro de Castrovite, en la parroquia de Orazo, se destaca la visibilidad de este antiguo asentamiento desde la carretera que une Santiago con Ourense. Relata Reimóndez Portela que este fue uno de los castros de A Estrada con más carga histórica y más influencia en el pasado. Su cima es más o menos circular y en él se halla una capilla antigua consagrada a Santa Mariña. "Castrovite tiene a sus espaldas una fuerte carga histórica, incluso allí estuvo Diego Xelmírez por el siglo XII en una reunión con caballeros de la redonda", explica el autor. En esta publicación se recuerdan restos de más de un foso defensivo protegiendo la entrada.

Los castros son, pues, uno de los recursos que A Estrada tiene que ofrecer a quienes deseen acercarse hasta estas tierras. Están ahí desde hace siglos. Se perciben desde el suelo o a vista de pájaro. Ahora se anima a descubrirlos.

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