21 de septiembre de 1955. Los vecinos de la parroquia estradense de Aguións se disponían ya a dar cuenta del almuerzo cuando un estruendo les hace apartar la vista del plato. Guiados por la sorpresa y la curiosidad, no tardarían en descubrir de dónde procedía tanto alboroto. Una maizal de la aldea se convirtió en improvisada pista de aterrizaje para una avioneta francesa. Las cámaras fotográficas no tardarían en inmortalizar para el futuro la gran expectación suscitada entre los vecinos y el rostro de alivio del piloto. Algunas de estas instantáneas vuelven a ponerse estos días de actualidad, tras cumplirse 60 años desde el aquel día en que una avioneta tuvo que realizar un aterrizaje forzoso en estos campos de A Estrada.
El suceso quedó registrado para la historia en el volumen 16 -correspondiente al año 2013- de A Estrada. Miscelánea Histórica e Cultural, la publicación que cada año impulsa el Museo do Pobo Estradense Manuel Reimóndez Portela. En este ejemplar, Xerardo Rodríguez Arias relata lo ocurrido aquel día de septiembre que muchos vecinos de Aguións todavía conservarán en su memoria. Y es que pequeños y mayores se apresuraron a acercarse al maizal en el que logró tomar tierra esta avioneta, tras haberse quedado sin combustible. Entre ellos se encontraba el conocido periodista Pepe Porto, ya desaparecido.
Explica el artículo de Xerardo Rodríguez que el aparato era una avioneta biplaza Joel D-210 Paris Nice con matrícula francesa (F-BFVP), fabricada en junio de ese mismo año y pilotada por un veterinario de París llamado Robert Luquín. Con él viajaba su esposa. A bordo de la aeronave ambos pretendían acercarse hasta Santiago de Compostela. El viaje turístico de la pareja no estuvo exento, ni mucho menos, de sobresaltos y emociones fuertes. Y es que, según figura en el trabajo publicado por Miscelánea, el de Aguións fue el segundo aterrizaje de emergencia de la avioneta en menos de 48 horas.
Según narra Rodríguez Arias, el aparato ya había aterrizado el 19 de septiembre, también con carácter de emergencia, en la playa de Razo (Carballo), después de encontrar en una de sus etapas hacia Santiago una densa niebla. El fenómeno les haría desviarse de la ruta, lo que se tradujo en un consumo adicional de combustible que les impediría llegar hasta el aeropuerto de Lavacolla. En esa primera ocasión el arenal de Razo se convirtió en pista de aterrizaje.
El artículo de Xerardo Rodríguez explica que, tras comprobar el estado de la avioneta por los técnicos que se desplazaron hasta esta playa desde Santiago, la autoridad militar autorizó el despegue. Robert Luquin emprende el vuelo el día 21 de septiembre en solitario, ya que su esposa decide -se indica en el referido artículo- realizar el viaje por carretera. La intención del piloto francés es llegar a Lavacolla pero de nuevo encontrará dificultades ante una adversa meteorología. Se indica que la nubosidad comenzó a ir en aumento y, cuando llegó al aeropuerto, no logró establecer contacto visual con la pista. Tras sobrevolar durante un tiempo Compostela, prolonga el vuelo hacia el sur para intentar encontrar un espacio que le permita orientarse. Al parecer, lo logró sobre A Estrada pero, "nada más establecerse en la ruta apropiada el motor de la Jodel comienza a notar la falta de combustible, obligado al piloto francés a realizar el segundo aterrizaje de emergencia en menos de 48 horas", recoge Rodríguez Arias en su publicación Aterraxe de emerxencia en Aguións. Un maizal estradense le brindaría un lugar en el que tomar tierra, con algún que otro desperfecto, y la ocasión de poder contarlo.
