A Estrada llora a uno de sus hijos más ilustres, Carlos Fernández-Nóvoa. El que fuera catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) durante 36 años y autor del único manual de propiedad intelectual de España, falleció a primera hora de la mañana de ayer en su domicilio de A Estrada.

Académico gallego desde hacía años, académico electo de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación estatal desde 2012, asesor jurídico de la Oficina de Patentes y Marcas Pons y director honorífico de un máster de la Universidad Rey Juan Carlos con la Fundación Pons, lega más de 100 publicaciones científicas, nacionales e internacionales. Aunque se jubiló en el 2000, mantenía muy "viva" su lúcida cabeza con una intensa actividad intelectual que le resultaba muy gratificante. Nunca dejó de hacer planes.

Seguía escribiendo artículos con dos colegas que se formaron con él: Otero Lastres y Botana Agra. Juntos publicaron el único Manual de la Propiedad Intelectual existente en España, cuya tercera edición estaban ultimando ahora. Esta obra tiene mucha difusión en el territorio nacional y también en Hispanoamérica. Asimismo, hace tres meses confirmó a FARO que acababa de culminar su discurso de ingreso en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Proyectaba leerlo en 2016. No podrá ser. Pero ese texto inédito pasará a formar parte de su legado póstumo.

Es el fruto del trabajo de un intelectual brillante que nació en A Estrada en 1930. Hijo de Ismael, un comerciante, iniciaría sus estudios en A Estrada. Tras cursar 3 años de Bachillerato en la villa, culminaría su formación en el colegio Labor de Vigo. Estudió Derecho "sin saber muy bien lo que era", explicaba entonces "pero tuve la fortuna de que me gustó". Tras doctorarse summa cum laude en Derecho Civil en Santiago, se iría a Madrid a formarse en Derecho Mercantil con Joaquín Garrigues Díaz-Cañabates (fundador de la Escuela Moderna del Derecho Mercantil Español) hasta obtener en 1964 por oposición el número 1 a las cátedras de Derecho Mercantil y elegir la USC porque le "gustaba volver a Galicia". Fundaría la revista Actas de Derecho Industrial, el Instituto de Derecho Industrial de la USC y presidiría el jurado pde la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial.

"Es una gran pérdida para el mundo del Derecho y la universidad", destacaba ayer el catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que se considera su "discípulo y gran amigo". "Era toda una autoridad a nivel español, europeo y mundial", subrayaba, mientras recorría en coche la distancia que separa la capital de España y A Estrada para rendirle homenaje a su "maestro" y brindarle un cariñoso abrazo a su viuda y a su hija. La capilla ardiente está radicada en su casa de la calle Iryda y el sepelio se oficiará a las 17.00 horas de hoy.

Lema le había pedido hacía semanas a Fernández-Nóvoa que pronunciase el discurso inaugural de las IX Jornadas Jurídicas de Sarria, dedicadas a la empresa y a la marca, que darán comienzo mañana. El catedrático estradense aceptó pero hace un par de semanas problemas de salud obligaron a hospitalizarle. Anteayer recibió el alta hospitalaria y regresó a casa. Quería recuperarse en su querida A Estrada pero no pudo ser. Su fallecimiento deja un vacío imposible de llenar en la intelectualidad gallega.

Así lo destacaba ayer el jurista estradense, exconselleiro de Xustiza y expresidente del Consello de Contas, Xesús Palmou. "Carlos Fernández-Nóvoa gozaba de prestigio internacional en marcas y patentes. Era un referente mundial, una autoridad en esas materias. Ha formado a muchos discípulos" que llegaron a ser luego "catedráticos de prestigio". Entre quienes fueron sus alumnos -entre ellos, el hijo de Palmou, Carlos- deja un "recuerdo extraordinario como profesor" pero también como "persona".

Por eso, las condolencias que ayer recibió su familia fueron múltiples. Entre ellas, la de la Xunta de Galicia, que hace escasos meses le otorgó su distinción de mayor rango, la Medalla Castelao. También entonces Fernández-Nóvoa hizo gala de su brillantez intelectual y personal. Lejos de vanagloriarse de los múltiples y merecidos logros de su larga y fructífera trayectoria profesional, sorprendió recordando la semblanza "Aos estradenses" de Castelao para proclamar a los cuatro vientos su amor por el pueblo en el que nació y en el que, ya jubilado, quiso fijar de nuevo su residencia en junio de 2005 para estar "cerca de la familia", especialmente de Luis, el único de sus 6 hermanos que todavía vive. Merecedor de la primera insignia que otorgó Fillos e Amigos da Estrada, en 1984, había vuelto a ser homenajeado por ese colectivo 30 años después. Se sentía "embajador y orgulloso de ser de A Estrada" . Con esas credenciales y su gran lucidez, hace tres meses proclamaba: "A Estrada necesita la autovía y la circunvalación para crecer".