A primera hora de la mañana de ayer el personal y profesorado del instituto Ramón Aller Ulloa de Lalín descubría, al llegar al centro para iniciar su jornada laboral, que se había producido un asalto durante la noche. En esta ocasión los asaltantes se centraron solo en la secretaría y los despachos de dirección contiguos, pero los destrozos eran patentes ya en una primera visual, tanto en el interior del local como en los accesos al instituto. Los ladrones habían retirado los tornillos y el bombín de la cerradura de la puerta de entrada al centro escolar. Pero además, provocaron importantes destrozos en la reja que protege la puerta de cristal de la secretaría.

Una vez en el interior del local, los ladrones, en un intento por desconectar la alarma, situada en la parte superior de la puerta de entrada, procedieron a arrancar el cajetín. Una maniobra que hizo que no solo se desprendiese el dispositivo de alarma sino también parte del falso techo y el cableado de la instalación. Tras deshabilitar la alarma los ladrones procedieron a revolver las estanterías, muebles y cajones tanto de la secretaría como de los despachos de esta zona. Así el personal encontraba todo revuelto a su llegada al centro.

En una primera valoración apuntan que los ladrones se llevaron una suma de dinero aún por cuantificar. Las primeras estimaciones, aún por verificar indican que se trataría de una cuantía de cerca de 600 euros. Aunque desde la Consellería de Educación confirmaban que en un principio no habían detectado la falta de equipos informáticos o de otro material, se mantenían a la espera de que desde el centro realizaran una evaluación pormenorizada de los daños. En la jornada de ayer los profesionales ya procedieron a iniciar esta labor pero se encontraban bastante sorprendidos y aturdidos por el asalto.

Además, en la mañana de ayer también se desplazaron al centro efectivos de la Policía Científica de la Guardia Civil para realizar una inspección ocular, según confirmaron desde la Consellería. Aunque en un principio la dirección del centro formalizará la pertinente denuncia el lunes. También desde la Consellería aguardan al lunes para ofrecer una valoración sobre los hechos y contar con una estimación más concreta de los sustraído.

Tanto desde el propio centro educativo como desde la consellería confirmaron que la actividad lectiva se mantuvo ayer sin variaciones en el instituto. Al verse solo afectadas las dependencias administrativas y las oficinas no fue preciso interrumpir las clases y la totalidad del alumnado continúo sus horarios habituales. El asalto coincide con el curso recién empezado. De hecho las clases comenzaron el pasado martes día 15 y habían sufrido el tradicional parón por motivo de las fiestas patronales reanudando la actividad a finales de esta semana.

Robos en los últimos años

Este no es el único robo que se produce en el centro educativo en los últimos años. El año pasado en el mes de julio denunciaban el robo de un ordenador portátil. El aparato fue sustraído en las instalaciones. En esta ocasión, la alarma delataba la incursión de los intrusos sobre las once de la noche y en ese momento efectivos de la Guardia Civil de Lalín se desplazaban hasta el centro y descubrían una de las persianas forzada.

Mientras, en mayo de 2013 el centro sufrió otro robo que también tenía como objetivo hacerse con un botín compuesto por ordenadores. En esta ocasión, los ladrones accedieron al aula de informática del centro, la única que no estaba sensibilizada con alarma, según apuntaba la Guardia Civil. Los ladrones accedieron al interior del edificio al romper los ventanales y una vez en clase se llevaron varios ordenadores así como componentes de otros equipos. En este asalto fue la propia Guardia Civil quien dio la voz de alerta al encontrar tirado en la calle uno de los equipos del centro que posiblemente habían perdido los ladrones durante su huida. A principios de ese mismo año, en concreto en el mes de febrero, el centro había sufrido otro asalto en las aulas de informática de mayor envergadura. En aquel momento los responsables de la investigación no dudaban que los autores conocían el recinto ya que habían eludido las medidas de seguridad.