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Temporada de manzana en el campo estradense

A Estrada saborea el fruto del Paraíso

Productores locales inician la recogida de manzana en una campaña favorecida por la vecería y dañada por la meteorología

A Estrada saborea el fruto del Paraíso

Nadie en esta finca de Santa Cristina de Vea (A Estrada) parece pensar en que esta es la hora propicia para el café de media mañana. El cielo anuncia lluvia y no tardará en cumplir su amenaza. Los pies avanzan sobre la hierba húmeda, tratando a duras penas de sortear las manzanas que alfombran y prestan su aroma a las avenidas de frutales perfectamente alineados. "¿Es la primera vez que vienes? A nosotros nos toca todos los años", bromea Manuel Ignacio Carballo, al que todo el mundo conoce en la zona por su apellido. Ver cómo varea los manzanos para obtener los frutos más esquivos demuestra que no miente. Tiene muchos años de práctica.

Como en esta finca, en muchas otras de A Estrada acaba de arrancar la campaña de recogida de manzana, un sector productivo que, pese a su arraigo y tradición en estas tierras de interior, se revela hoy día como una actividad económica que experimenta un auténtico auge y que está íntimamente ligada a la elaboración de sidra.

La última ciclogénesis explosiva se adelantó a los productores. La fuerza del viento hizo que muchos de estos manzanos dejasen caer antes de tiempo su fruta al suelo. "Tenía que haber llovido un poco antes y que no viniese tanto viento", explica este experto, mientras repasa con ojo entrenado que no queden manzanas en las ramas más altas. Con golpes suaves y certeros las va haciendo besar el suelo. Mientras, un grupo de mujeres se afana en recoger con agilidad cada una de las piezas para que se conserven sanas y con intacta hermosura.

"Coloradona, clara, blanquina, perezosa...", recita Carballo, mientras va pasando lista de las distintas variedades que adornan una finca en la que han echado raíces 600 manzanos. Recuerda que se plantaron en el año 2000. A sus 15 primaveras lucen lozanos y en plena producción. Todos sus frutos se destinan exclusivamente a la elaboración de sidra en la planta que la compañía Hijos de Rivera tiene en Chantada.

Es un año bueno para los árboles más proclives a los efectos de la vecería. Esta ocasiona que una plantación obtenga muchos frutos un año y experimente una merma al siguiente, alternando buenas campañas con temporadas más flojas. Ver cómo están los árboles de la variedad que este estradense acaba de designar como "perezosa" da clara muestra de ello. Sus ramas están repletas de fruto. "Cuando da, da", sentencia.

La campaña de recogida de manzanas se planifica para tres semanas. En las plantaciones de A Estrada lo habitual es que sean los de casa los que vayan seleccionando y recogiendo pieza a pieza los frutos de sus manzanos. La cooperativa Ullama ofrece un equipo de recogida para los casos en los que se decida contratar a trabajadores que echen una mano en estas tareas.

La mayor parte de los productores de manzana de A Estrada se aglutinan bajo el paraguas de la cooperativa Ullama. Al margen de la entidad, en el municipio existen otros dos particulares con una elevada producción. La práctica totalidad de la cosecha se destina a la elaboración de sidra, bebida que en los últimos años está experimentando una elevada proyección en el ámbito municipal, si bien los lagares antiguos evidencian que esta práctica viene de antiguo.

El técnico de Ullama, Miguel Soto, explica que las dimensiones habituales de una finca destinada a la producción de manzana van de una a cinco hectáreas, si bien existen algunas explotaciones de hasta 20 hectáreas de superficie. Todo el cultivo de esta cooperativa se encuentra en ecológico.

Una vez recogida, la fruta se almacena en grandes sacos en los que se intenta que esté el mínimo tiempo posible para evitar que se pudra. La cooperativa coordina con la planta de Chantada la entrada de la manzana procedente de sus explotaciones. Ello acaba marcando el propio ritmo de la recogida, velando por preservar la calidad del fruto.

25.000 kilos por día

En base a los cálculos ofrecidos ayer por este experto, cada persona que participa en esta campaña recoge una medida de 1.000 kilos de fruta por jornada. Se estima que cada día parten de A Estrada en dirección a la planta de Hijos de Rivera unos 25.000 kilos de producto. No en vano, en su momento el gerente de proyectos de I+D+I de esta compañía, José Luis Olmedo señaló: "A Estrada es nuestro mejor proveedor". No dudó en reconocer que, además, "la manzana que se produce aquí tiene una calidad espectacular". Ello contribuyó a que la compañía escogiese al municipio estradense para ubicar uno de sus campos de ensayo -concretamente en la parroquia de Agar- con una decena de variedades autóctonas de manzana en el marco del proyecto Maeloc.

La temporada se prolongará hasta la tercera semana del mes de octubre. En función de cómo avance la recogida se irá definiendo si ha sido una buena o mala cosecha. Las previsiones iniciales no eran excesivamente halagüeñas, a pesar de estar la campaña positivamente afectada por la vecería. El propio Miguel Soto calculó a finales de agosto un descenso del 40% en la recogida con respecto a 2013. Indicó que el frío y la lluvia entre los meses de abril y mayo hicieron que algunos de los frutos no cuajaran y que, posteriormente, la sequía propició que el árbol tirase los frutos. No obstante, las precipitaciones registradas en agosto animaron a los productores de Ullama a aguardar una recuperación, esperando que la lluvia obrase un incremento de zumo en la manzana. En todo caso, las estimaciones que se barajan pasan por que estos trabajos de recogida deparen, al menos, un millón de kilos de manzana.

En la finca en la que Manuel Ignacio Carballo -apunta que fueron de los fundadores de Ullama- varea los árboles para hacer descender el fruto se asegura que hay más manzanas que el año pasado.

El hecho de que la producción se encuentre en ecológico condiciona el tipo de cuidados que se proporciona a lo largo del año a estos manzanos. Cobre y azufre sería lo único autorizado, explica el técnico de Ullama. Estos frutales se pueden encalar, además, cada tres años, al efecto de regular el ph del suelo. A mayores, entre enero y marzo se realiza la poda y se van practicando desbroces. "La limpieza de la finca es lo más importante", explicó ayer un productor.

La sequía y la fuerza del viento durante los últimos temporales han jugado en contra de una campaña que tenía la vecería a su favor. Sin embargo, A Estrada intentará sacar el máximo jugo, en forma de sabrosa sidra, al fruto del Paraíso, al mismo que, se dice, sirvió de inspiración a Newton y que, en el caso de la capital de Tabeirós, muestra un terreno fértil y abonado para quienes hacen del campo su industria.

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