La sobreira de Valiñas no solo es un emblemático árbol de A Estrada, la tradición también lo relaciona con un atraco que supuestamente cometió Pepa a Loba, robándole dinero a un cura mientras la espalda del párroco estaba pegada al tronco del alcornoque.
Pero Pepa no actuaba sola en sus robos y secuestros, tenía una panda de fieles secuaces que también pasaron a la historia, pero siempre a la sombra de una mujer fascinante.
Su perro Lueiro era otro integrante más de su cuadrilla, además de un animal que llevaba la fidelidad de su dueña hasta la muerte. Y si es por algo que a Pepa la llamaban Loba, era porque el can la protegió del ataque de un lobo que quería matar al rebaño de Dorinda, la tía de la bandolera. Una hazaña que, forme parte o no de una realidad que se desdibuja con el transcurrir del tiempo, sirvió para justificar el apodo de una mujer de armas tomar que, en los tiempos que corrían, supo liderar una cuadrilla de hombres y pasar a la historia como incuestionable justiciera.
