En abril, los criadores de Galo de Curral se daban un plazo de ocho meses para que la Consellería de Medio Rural concediese a esta carne la distinción de Indicación Xeográfica Protexida (IXP). Pero los trámites burocráticos y el omnipresente parón estival hace suponer que esta catalogación no será realidad hasta el año que viene.
Una treintena de criadores auspician la catalogación del Galo de Curral. Están integrados en los colectivos Crugalo, Galo Celta, Asociación Galo de Curral y Castelo de Alcobre -Vicogalo se desmarcó del proyecto-. Aunque cuentan con el apoyo del gobierno local, desde el ejecutivo se desea que sean los propios ganaderos los que participen de forma muy activa en todo el proceso. Por eso, a principios de marzo el alcalde, Jesús Otero, mantuvo un encuentro con la directora xeral de Producción Agropecuaria, Patricia Ulloa, de cara a conocer los trámites a realizar para conseguir esa IXP. Pero a partir de aquí el protagonismo pasó a los criadores. En un par de reuniones se decidió esbozar un borrador que pasará a ser el argumento por el que se defiende que el Galo de Curral tenga una IXP y, como tal, un consejo regulador.
Pero de momento, cuatro meses después de esas reuniones, el borrador todavía no está listo, y eso que las previsiones iniciales pasaban por que estuviese finiquitado en mayo. Ese borrador tiene que contener argumentaciones como que la carne de gallo de corral cuenta con suficiente tradición en la zona o que su forma de cebo está más que consolidada. El de Cruces cumple los dos requisitos. Por una parte, hace ya 22 años que celebra la Festa do Galo de Curral (el mínimo que se pide son 20 años) y además pretende incluir en la IXP a los ganaderos que se encuentren a un radio de 25 kilómetros de Vila de Cruces, con lo que también podrán acogerse a este distintivo explotaciones de O Pino y Arzúa que, por otra parte, emplean un sistema de cría muy parecido.
El parón veraniego no es el único que pone trabas al Galo de Curral. Tampoco hay noticias sobre la apertura del matadero de aves en el Centro de Interpretación do Galo de Curral, en el polígono agroforestal de Cumeiro. Las previsiones del gobierno local pasaban por abrir dicho matadero a mediados de este año, y tampoco pudieron cumplirse. Desde el ejecutivo se solicitó al plan provincial Pusim una partida de casi 44.600 euros para adecuar una de las dependencias y usarla como oficinas. Se espera que el matadero, en un futuro, pueda sacrificar 400 aves a la semana.
