Los jabalíes volvieron a causar estragos en los maizales lalinenses en los últimos días. En esta ocasión los animales provocaron importantes daños en varias parcelas situadas en la parroquia de Gresande. En concreto las incursiones más recientes se produjeron a finales de la semana pasada en varios maizales tal y como denuncia el propietario de las fincas afectadas, Antonio González.
La fauna salvaje destrozó el cultivo de varias fincas situadas en el agro de la parroquia. En la más afectada los animales arrasaron casi la totalidad de la cosecha. "Solo queda en pie una cuarta parte," explica el propietario, que apunta, además, que solo se ha salvado el maíz de peor calidad. Debido a las características del terreno en esa zona y a la escasez de agua de este verano en este espacio de la parcela el maíz no se había desarrollado de igual manera que en el resto de la finca donde la mayoría de las plantas contaban con dos mazorcas.
En una situación similar se encontró también otra parcela a escasos metros. Los estragos afectan a gran parte de la plantación. Incluso acusó daños en una tercera finca, aunque en este caso solo se vieron dañados un par de surcos.
Lo particular de la cuestión es que las fincas dañadas se encuentran rodeadas de otras parcelas de maíz que por el momento no se han visto afectadas. El motivo que esgrime el propietario es que su cosecha estaba más adelantada que la de sus vecinos "Este año lo sembré temprano y por eso está ya con más grano", apunta. Pero además, apunta que también cultiva un tipo de maíz diferente al de sus vecinos, con un grano más redondo y una harina más amarillenta que "parece gustar más a los animales".
Además, no es la primera vez que sufre ataques en sus cultivos de maíz este año. Hace casi un mes detectó los primeros estragos en otro maizal situado próximo al núcleo de casas. Justifica que en este caso ya había asumido las elevadas probabilidades de sufrir un ataque del jabalí al sembrar una variedad autóctona de maíz, por la que estos animales suelen tener cierta predilección. "Aunque estaba muy próximo a las casas vino igual", explica. En este caso optó por cerrar la parcela y, por el momento, ha evitado nuevas incursiones. Pero además no es el primer año que este vecino sufre daños en sus maizales causandole pérdidas significativas por lo que reclama medidas para controlar esta fauna salvaje en la zona.
