Saben que el camino es complejo y que tendrán que abrirse paso con mucho sudor y esfuerzo. Sin embargo, integrantes de la asociación Codeseda Viva se han lanzado a la aventura de seguir las huellas de los peregrinos que, en la época medieval, pudieron pasar por esta parroquia estradense para encaminar sus pasos hacia la Ciudad de Apóstol. El colectivo desveló que se encuentra estudiando una ruta jacobea que, defiende, pasaría por Codeseda procedente de Portugal.

Fuentes pertenecientes a la asociación se mostraron convencidas de que en el siglo XI, XII y XIII buena parte de los peregrinos procedentes desde Portugal pasaban por Codeseda. Movidos por esta creencia, diversos integrantes de la asociación han iniciado un trabajo de investigación que ya comienza a dar sus primeros frutos. Prueba de ello es el documento publicado en la página Codeseda.com, firmado por Luis Ferro, Marcos Pérez, Jorge Fernández y Carlos da Barreira.

A la hora de seguir la pista a este camino, dos han sido las claves para estos investigadores: una piedra con dos conchas de vieira en uno de los muros del recinto exterior de la iglesia parroquial y un mapa de una editorial alemana que, según indican, marca los caminos más antiguos a Santiago.

"Los Caminos a Santiago son tantos como peregrinos hubo desde hace cientos de años", señala la primera entrega de este estudio. "El peregrino medieval comenzaba su camino en la puerta de su casa e iba trazando su ruta según la distancia y seguridad que le ofrecían los caminos de la época, juntándose con otros caminantes según se iban encontrando", añaden. Poco después estos investigadores aseveran que Codeseda fue en la Edad Media "un importante lugar de paso de peregrinos, ya que aquí pasaba la gran mayoría de los caminantes procedentes de Portugal, que entraban a Galicia por la zona de A Cañiza". Desde Codeseda Viva se defiende que una prueba de ello es el mapa Manfred Zentgraf.

Los impulsores de este estudio subrayan que el incremento del número de caminantes y el interés económico vinculado al paso de viajeros "conllevó la potenciación de rutas por ciudades y lugares turísticos, cayendo en el olvido las de paso por los pequeños núcleos rurales, aunque el tránsito de peregrinos por muchos de ellos hubiese sido mucho más relevante hace 700 años".

Sin embargo, estos estradenses creen que, en este caso, las piedras hablan. Inciden en sus primeras conclusiones en que la iglesia de Codeseda está edificada sobre otras construcciones mucha más antiguas que, en el mejor de los casos, vieron reutilizadas sus piedras. Citan entre ellas una piedra del muro del recinto exterior del templo con dos conchas de vieira que flanquean una cruz inserta en un círculo.

"Su forma indica que fue diseñada para ser el dintel de una puerta, quedando la cruz y las conchas sobre la cabeza de quienes la cruzasen", señalan, antes de añadir que "la imperfección en la distribución de los elementos y su definición son propias de construcciones muy antiguas obtenidas con herramientas aun poco perfeccionadas".

Los autores de este artículo estiman, asimismo, que las dimensiones de esta pieza también muestran que "estamos ante una pieza labrada hace muchos siglos". Barajan la posibilidad de que coronase la puerta de entrada de los peregrinos a un lugar de culto, si bien destacan que su ancho escasamente permitiría el paso de dos personas a la vez. En este sentido, indican que la longitud total de la piedra es de 155 centímetros, con una altura de 30, "lo que permitiría dejar un ancho de paso de unos 90 centímetros", aclaran.

Los integrantes de este colectivo asumen que resulta muy difícil certificar la época en la que fueron labradas estas "piedras peregrinas", si bien señalan que se han encontrado documentos referidos a edificios religiosos existentes en ese lugar, "siendo la reseña más antigua del año 1124".