Está jubilado y ahora es su hijo el que se encarga de la explotación ganadera de 70 vacas. Recuerda temporadas en que cobró la lecha a 35 céntimos, pero ahora "tenemos que recortar la ración de pienso, y ante cualquier mínimo problema malvendemos un animal. Incluso ya no criamos tantas novillas como antes", explica. Ante la caída de beneficios, los gastos de la explotación se sostienen "con mi pagan, la de mi mujer y la pequeña explotación de cerdos".