El paso del tiempo y la humedad han deteriorado seriamente el singular retablo barroco del templo de Santa María. Tras su repintado en tonos dorados hace décadas, la ornamentación del mismo está en algunas zonas muy afectada y urge una intervención inmediata para evitar que acabe por perder su estructura original. Pero este proyecto es muy ambicioso y por ello inasumible actualmente tanto para la parroquia como para la institución religiosa.

El párroco, Marcos Torres, trata de buscar la colaboración de expertos en restauración que estarían dispuestos a colaborar en estas tareas, pero aún trabajando desinteresadamente es necesario contar con una financiación mínima para este proyecto. Estas y otras iniciativas están siendo coordinadas por una comisión gestora, recién creada, como las que debería haber en cada parroquia.