Silleda fue el territorio dezano con mayor convulsión política en los últimos años. El primer gobierno socialista de su historia llegó con Paula Fernández Pena, luego desalojada con una moción de censura. Pero la senadora repitió victoria, de nuevo en minoría, hace cuatro años, aunque la alianza con el BNG saltó por los aires. En 2013 Manuel Cuiña se hizo con el bastón de mando sin pasar por las urnas y su legitimidad para gobernar fue cuestionada. La prueba de fuego le llegó el domingo, con un PP que recurrió a José Luis Espiño con el mandato comenzado tras la espantada de José Carlos Pin solo un año después de tomar posesión. Las dudas de los socialistas de ganar en una villa con mucho voto histórico conservador se despejaron al vencer por mayoría absoluta, con 646 apoyos más que el PP. El edil del Bloque, Matías Rodríguez da Torre, el más crítico con el alcalde fue el único que subió votos, pero el legado de Pena y la experiencia adquirida por Cuiña fueron claves para alcanzar una victoria en las urnas ya incontestable.