Por tercer año consecutivo Lagar de Ribela volverá a promocionarse en EE UU. Lo hará entre los días 16 y 17 de octubre en el marco del festival que anualmente celebran su importadores en territorio norteamericano. En esta ocasión la firma de sidra ecológica Ribela dará a conocer sus productos en la ciudad de San Petersburgo, sita en el estado de Florida, a unas cuatro horas de Miami. Se codeará con otros productores internacionales de sidra y cerveza de elaboración artesanal procedentes de países tan dispares como Canadá, Nueva Zelanda, Japón, Francia, Suiza, Bélgica, Italia, Países Bajos, Alemania, Escocia, Inglaterra, Dinamarca o Brasil así como de diversos estados norteamericanos.

Según indicó ayer el responsable de Lagar de Ribela, Jesús Armenteros, será una buena ocasión para estrechar lazos con el consumidor final de este tipo de productos artesanales, en auge en EE UU. "La sidra transmite origen, tradición y una forma natural de hacer las cosas", explica Armenteros, convencido de que esos valores cotizan al alza en las tendencias modernas de consumo americano.

Tras su experiencia en los dos anteriores festivales de sus distribuidores en Norteamérica espera que, "como todos los años", se produzca "una afluencia masiva del consumidor final". Y por tal no solo entiende el particular "fanático" de este tipo de productos sino también los consumidores profesionales, es decir, los propietarios de tiendas, bares y restaurantes que luego comercializan sus productos. Aunque la distribución de la sidra Ribela en EE UU es algo que llevan directamente los distribuidores de la firma allí, el lagar estradense está deseoso de mostrar a los clientes más exigentes que el producto local no solo lleva impresa la huella de la artesanía y de la identidad sino también un importante valor adicional: la salud, a través de su proyecto orgánico. Se trata de dar respuesta a la huida del producto industrial y al interés por la recuperación de la fabricación tradicional. Subraya el apego y la valoración que se realiza en Norteamérica del producto colonial que le remite a sus orígenes, al producto europeo que llevaban sus primeros colonos.

El tercer viaje de Lagar de Ribela a EE UU le permitirá difundir las bonanzas de su producción en puntos muy alejados de los que ya visitó en los dos festivales anteriores. Si el primer año lo hizo en julio en Portland (Maine) y el pasado viajó a Los Ángeles (California) en noviembre, la sidra estradense Ribela se promocionará en la otra punta de EE UU. Según Armenteros, actualmente la producción de Lagar de Ribela ya llega a puntos y públicos de lo más heterogéneo en EE UU. Así, por ejemplo, es posible encontrarla en una pizzería de Seattle pero también en los locales más modernos de las ciudades de San Francisco y Los Ángeles. Ha encontrado un nicho de mercado en la creciente demanda de producto artesano que se registra en territorio norteamericano. Recientemente la firma local ha duplicado el volumen de ventas de años anteriores. Y trata de reforzar su vínculo con sus clientes norteamericanos.

Pero, lejos de conformarse con ello, Lagar de Ribela sigue apostando decididamente por la exportación. En ese contexto, se enmarcan los contactos y las negociaciones que ha emprendido para distribuir su sidra ecológica en Italia y Alemania.

Para comercializar su producción en el país germano, a Lagar de Ribela le vendrá muy bien la óptima acogida que tuvo hace apenas unas semanas al participar en el certamen internacional Apelwein Welwein de Frankfurt junto a otros 80 lagares procedentes de distintos puntos de Europa. Entonces, Lagar de Ribela pudo constatar que los alemanes valoraban mucho la sidra estradense por su similitud con la alemana. Es, según Armenteros, "suave, ligera y fresca". Y, además, los ciudadanos alemanes son "los pioneros de la valoración general de la alimentación orgánica por su elevada renta" y la valoración que realizan de los productos orgánicos por su positiva repercusión en términos de salud.

En cuanto al mercado italiano , Lagar de Ribela es consciente de que actualmente en Italia existe una "gran curiosidad por el mundo de la sidra" en el marco de la búsqueda de "sabores de baja graduación" por la que se está apostando desde la "alta pizzería como comoplemento suave de calidad".

Allí donde va, la firma estradense destaca la condición de producto orgánico -con apego al "suelo" y a la tierra"- de su sidra ecológica. Esta tiene en Galicia su mercado prioritario si bien también dispone de puntos de venta en Barcelona y en París.

Lagar de Ribela elabora su sidra con manzana recolectada en sus propias plantaciones -suma 2 hectáreas en las parroquias estradenses de Ribela y de Olives- y en otras de similares características correspondientes a socios de la cooperativa local Ullama. Les compra directamente manzana producida en parroquias de Vea o en Agar, por ejemplo, eligiendo la materia prima en base a unos estrictos criterios de calidad. Armenteros dice que acceden a "materia prima de muy buena calidad" prácticamente "de forma ilimitada" ya que la "calidad de la producción en A Estrada es muy buena" y el nivel de profesionalización de los productores en ecológico, muy alto. Quieren posicionar la manzana autóctona gallegafrente a los productos de poca trazabilidad procedente de fuera, que llega en forma de manzana e incluso de zumo.