Balansiyyá, un grito por la paz es el título del musical elegido por la Banda de Música Municipal de Silleda para ambientar su concierto de Navidad. El recital tendrá lugar el próximo sábado, día 20, a partir de las 21.00 horas en el Auditorio de la Semana Verde. La organización pondrá a la venta alrededor de medio millar de entradas, pues algunas de las 640 plazas del auditorio serán inutilizadas por el propio espectáculo y otras se regalarán a los niños del coro de la escuela de música, que cerrarán la velada con We wish you a Merry Christmas. Los tiques podrán adquirirse al precio de 4 euros -destinados a sufragar los gastos del montaje- en la Casa da Música hasta el jueves y, si sobran, el día del recital en taquilla desde hora y media antes.

Rafael Agulló Albors presentó ayer la decimoquinta edición de un concierto que, bajo su batuta, se ha convertido en "un modesto espectáculo para mostrar otra forma de hacer música". Después de haber "ilustrado" sus actuaciones con títeres, actores, escultores, pintores o escritores, en esta ocasión el director valenciano ha asumido el difícil reto de adaptar el musical de su paisano José Rafael Pascual-Vilaplana, "un profesor que me dio el primer mordisco de música, mi segundo padre, con cuya música me siento tremendísimamente identificado y la banda también".

El propio compositor confiesa que escribir la historia, en estrecha colaboración con Carlos Veiga -autor de las letras-, le supuso tres años de trabajo. El musical se estrenó en el Teatro Principal de Valencia en junio de 2006 y tuvo representaciones en Rabat (Marruecos) o en la Gran Vía de Madrid, en donde compartió temporada con El Rey León. Ahora se presenta en una versión de concierto más reducida que la original, un acercamiento al espíritu de la obra y un canto por la paz. "Por las fechas en las que estamos, en las que la infancia cobra protagonismo, nos pareció oportuno este musical", apunta Agulló. "Es un grito, un golpe encima de la mesa para hacer ver que hace mil años las diferentes culturas eran capaces de convivir. En vez de evolucionar, involucionamos, vamos de mal en peor", añade el director, que espera que la obra tenga "un efecto reflexivo para músicos y público".

Balansiyyá propone un viaje a los tiempos de Jaime I y la Reconquista, cuando convivían los pueblos cristiano, musulmán y judío, e invita a la reflexión sobre la condición humana, sus grandezas y sus miserias. Todos los personajes existieron en el siglo XIII, pero sus acciones fueron mudadas por arte de la literatura. En plena reconquista de Valencia, el hijo de Jaime I conoce a una bella doncella, hija del rey moro de la ciudad y de una judía. Nadie confiesa su condición al príncipe, pero surge el amor verdadero, el que no sabe de linajes ni riquezas. El destino les tiene reservado un trágico final en el cual solo vence ese sentimiento de amor. La historia discurrirá con la música de la banda como telón de fondo.

Rafael Agulló muestra su agradecimiento al "sinfín" de personas que están colaborando de forma altruísta para que "este proyecto salga a la luz el sábado". Entre ellos, cita a Marina Penas, directora de un coro creado para la ocasión y formado por cantantes de varias agrupaciones de la provincia, sobre todo de la zona de Vilagarcía, en donde ya se representó recientemente este espectáculo. La firma silledense Coas Mans Artesanía, que se encarga del diseño del atrezzo y que ya lleva días trabajando en el auditorio para "transportar a la gente mil años atrás", el grupo de percusión Odaiko, productor del espectáculo, Teatro Clámide, que cede el vestuario, instrumentistas, solistas, equipo de caracterización y maquillaje, iluminación y el largo etcétera de implicados merecen el reconocimiento público de un Agulló, que también agradeció la implicación de la banda, la escuela y el Concello.

Por último, el director invitó a todos los amantes de la música a que acudan a disfrutar de un concierto que, sostiene, "la gente va a guardar en su retina". En este sentido, recordó que Balansiyyá se estrenó como concierto para banda el año pasado en Ontinyent y fue tal el éxito que hubo que realizar dos pases.